8: Final.

1.9K 271 167
                                    

[Escucha la canción del inicio para una mayor comodidad al leer]

México seguía aferrándose al suelo de madera con sus uñas, mientras que su espalda se arqueaba y sus contracciones aumentaban. No había anestesia, ni siquiera estaba desnudo.

En una rápida toma de conciencia, México arrancó su pantalón como pudo de sus piernas y  se arrastró con cuidado hasta la hamaca más cercana. Ya no podía evitarlo, aunque el feto muriera por faltar medio mes de gestación, México debía dar a luz en ese mismo instante.

[...]

—Как ты можешь не дать мне пройти Я сам убью тебя! (¡Cómo no me dejes pasar voy a matarte yo mismo!) —Grito Rusia mientras empujaba con fuerza a Perú, quien se levantó rápidamente y se interpuso nuevamente entre el y los pocos metros hacia la cabaña donde México estaba.

—¡Tú solo quieres golpear a México y a su bebé! —se excusó en menor— ¡No dejaré que lo hagas!

Rusia se detuvo por un momento, no podía lastimar a Perú, él había sido el responsable de que México estuviera sano y bien alimentado, pero justo ahora no lo dejaba acceder a el.

Ambos países se dedicaron una mirada de odio puro, hasta que un nuevo grito de México a la distancia animo a Rusia a querer seguir intentando llegar a el.

—¡Fuera de mi camino!

—¡Nunca, lárgate de aquí!

[...]

Entre llanto y gritos, lentamente México podía sentir con dolor como el bebé se abría paso por su recto. La cabeza era más pequeña que la de un bebé normal, pero seguía siendo bastante grande para un hombre.

—¡Ahh! —Gritaba México mientras pujaba.

Poco a poco, la cabeza salió, seguía la parte más difícil, los hombros. Sin embargo, México comenzaba a quedarse sin fuerzas, el dolor era suficiente para arrebatarle su conciencia, daba todo de sí mismo para seguir despierto.

—¡Ahhh!...¡Ahhhh! —No tendría mucho tiempo más.

Sintió con dolor como uno de los hombros de su bebé desgarraba su recto por dentro, para después empujar se completamente hasta adentro. Fue el llanto del bebé sobre el otro extremo de la hamaca lo que hizo a México soltar un suspiro de alivio. Lo había logrado, dar a luz a un bebé vivo.

Quería verlo saber el color de su piel, escucharlo llorar cerca y poder amamantarlo, sin embargo, su mirada se nublaba con cada segundo, había perdido suficientemente sangre para matarlo.

La puerta se abrió de un golpe, dejando entrar a Rusia, quien corrió siguiendo el río de sangre hasta encontrar lo que eran los restos aún vivientes de México. Vio con miedo como México lo volteaba lentamente a ver, sonrió y cerró los ojos sin fuerza alguna.

—¡México! —Grito Rusia.

Perú tomó en sus brazos a la bebé, quien a juzgar por el llanto tenía buena salud.

—Llevame al hospital más cercano. —Dijo Rusia, mismo que ya tenía a México en sus brazos.

[...]

Jazba RussMex [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora