Cambio de enfoque

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*ATENCIÓN: Debido a la incapacidad de los protagonistas para seguir narrando su propia historia, la narración será asumida por Rodio Corp. y afiliados. El relato continuará en tercera persona omnisciente. Disculpen las molestias.

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Abre los ojos lentamente. Su mente está aturdida, los pensamientos fluyen de manera confusa y molesta.

"¿Donde estoy?"

Intenta moverse en vano. Está atada de pies y manos a un antiquísimo sillón que no parece haber sido usado en años.

La parte izquierda de su cara está hinchada y prácticamente paralizada.

La habitación es de lo más tétrica, o al menos lo parece hasta donde le alcanza la vista, porque todo está oscuro, a excepción de una tétrica lámpara de latón con una bombilla a punto de fundirse que cuelga del techo.

Sin embargo, no siente miedo. Ha estado antes en ese lugar. Seguro. Una extraña sensación de haber vivido ahí mucho tiempo la confunde más de lo que ya está.

La puerta, que por el sonido parece estar situada frente a ella, se abre con cautela.

- ¡Ah! ¡Veo que ya has despertado! ¡Temía que no volvieses a recuperar la consciencia!

Cierra la puerta y abre la persiana, que parece estar al otro lado de la habitación.

Las pupilas de la joven se dilatan al recibir la luz del sol.

Se obliga a cerrar los ojos.

El hombre se arrodilla frente a ella y la toma por el mentón enfrentándola.

Ella aparta la cabeza aturdida.

- Vamos, déjame ver esos ojos tan bonitos de los que tu rey presume tanto.

"¡Rey! ¡Jareth! ¡El baile! ¡Ay, mi cabeza!"

- Hay... mucha luz.

La voz emana áspera y grave. Estropajosa diría ella si tuviera suficiente consciencia como para reflexionar sobre su voz.

- Lo sé. Pero necesitas ver la luz del día para ver la sorpresa que te tengo preparada.

Al final se decide a abrir los ojos, cuya mirada pasa de la confusión al espanto en menos de un segundo.

"¡NO!"

Están en su cuarto. Su antiguo cuarto. El que fuera su refugio antes de marcharse a vivir a otro lado.

En el Supramundo.

- ¡¿DONDE ESTAMOS?! ¡¿QUÉ HACEMOS AQUÍ?! ¡¿DONDE ESTÁ JARETH?! ¡¿Y CRISTINA?! ¡¿DONDE ESTÁ CRISTINA?!

- Tranquila, todos están bien. Al menos hasta donde yo se. Pero nunca hay que fiarse de lo que no vemos con nuestros propios ojos.

- ¿Quién eres tú?

- ¿No me recuerdas? Vaya, tienes mala memoria... Me llamo Sergéi.

Hace un esfuerzo por recordar. El nombre le es vagamente familiar, pero no sabe por qué.

- ¿Como sabías...?

Replantea la pregunta

- ¿Qué hacemos aquí?

SusanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora