Paso 2

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Paso 2: Explora lugares decentes y económicos para habitar. (BUSCA UN PISO CON LAS TRES B; BUENO, BONITO Y BARATO)

Durante las vacaciones de verano visité esta ciudad montonales de veces, buscando habitaciones, apartamentos, pisos, cualquier lugar en donde pudiese vivir recién llegada, y aunque no había tenido mucha suerte, pues no tenía un presupuesto muy amplio que digamos, con unos cuantos dólares pude alquilar un apartamento pequeño y cómodo por un mes.

—Aquí están sus llaves señorita, recuerde cancelar a fin de mes el alquiler, el agua, la luz, la televisión, y el internet—Ahí se irían como 500 dólares, no era tan económico como esperaba—, si tiene algún inconveniente con alguno de los servicios no se preocupe siempre puede llamarme y vendré. Que disfrute su estadía aquí, bienvenida.

—Muchas gracias—Le sonreí levemente, tomé la llave y entré al que sería mi próximo hogar—, no puede ser...

Creo que jamás había estado tan confundida, el apartamento se veía enorme, no sé por qué esperaba más si está completamente vacío, lo único que tiene es inodoro, ducha, lavamanos y fregadero.

Empezaba a tener frío mientras sudaba y mis manos temblaban, al poner mi pulgar en mi boca en señal de desesperación y furia, había verificado antes y el sitio estaría amueblado para éstas fechas, ahora resulta ser que dormiré en el suelo. Vaya ya tenía que llamar al casero.

—Bien, tienes que calmarte—Me dije a mi misma mientras daba círculos por el ahora espacioso lugar—, es un poco tarde, dormiremos y ya más tarde vemos cómo resolvemos.


Desempaqué el colchón inflable que tenía mamá para las visitas y lo inflé poniéndolo en todo el medio del apartamento, coloqué un edredón encima y me acosté sin más, eran las 7 de la mañana y estaba verdaderamente cansada luego de ese viaje en carretera.

Había acertado con el lugar, era céntrico, fluidez de tráfico, facilidad de trasporte y línea de taxi, tenía un precio considerable con otros parecidos, era pequeño, contaba con una sola habitación y un solo baño, pero era hermoso, se sentía bien estar ahí, pero sin duda alguna me asustaba que estaba totalmente desierto, esto si era empezar desde 0. Creo que es similar a nacer, pues cuando vienes al mundo llegas sin nada y poco a poco vas obteniendo cada cosa, yo ahora tenía un espacio vacío pero con una mente llena de objetivos a cumplir.

Pues al parecer ese dinero se iría bastante rápido.

Solo imaginando todo lo que tengo que comprar, entro en crisis existencial.

¿Y si no logro comprar lo que necesito?

¿Y si me quedo sin dinero?

¿Y si me quedo sin comida?

¿Y si no consigo trabajo?

¿Y si no puedo con todo esto?


Unas horas más tarde, cuando logro compensar las horas de extras noche, me despierto creyendo estar en un sueño, pero, obviamente no lo estaba, era real, era mi realidad y eso me recordaba que tenía que lidiar con el primer problema, los muebles del departamento.

Me levanté del colchón y me dirigí al baño para una ducha reponedora y sanadora, parecía haber matado a muchos monos y haberlos restregado por todo mi cuerpo. Con la música saliendo de mi celular para refugiarse en mis oídos, pude sacar de mí aquel olor tan espantoso, mientras me duchaba ponía cada producto donde debería estar normalmente y una sensación de apoderamiento creció en mí, es decir, aquello era mío, como el muñeco de Lazy Town, todo aquello era mío mío mío y sólo mío. Sentí lo mismo cuando me estaba vistiendo y arreglando mi ropa en el milagroso armario que estaba en la habitación. No hay cama pero sí armario, que chulo.

Sentada al borde del colchón y con mi teléfono en mano, este dio cuatro piticos como señal de qué la llamada hacia el conserje estaba siendo realizada.

—Hola, señor Louis, disculpe la molestia, es que he tenido cierto problema con el departamento y me encuentro un poco desconcertada—Me mordí la uña.

—Sí, dígame en que le puedo ayudar—Agradecí a Dios que no estuviese molesto, es decir, no llevo ni un día y ya tengo problemas, es una mala señal.

—Cuando alquilé el lugar me aseguré de que todo estuviese en perfecto estado, amueblado y toda esa cuestión, pero he llegado y no hay nada aquí.

— ¿Cómo que no hay nada? ¿A qué te refieres con eso?—A que no hay nada.

—El lugar no tiene cama, muebles, sillas, mesa, solo posee cocina, nevera, y armario—Miré a mi alrededor como si el señor pudiese ver lo mismo, error.

—Vaya muchacha, tienes un gran lío encima—su respiración sonaba lenta, como si tratase de pensar en algo— Recuérdame, eres la del 234?

—Mmm, No—Casi dude de mi misma—239.

—Jesús, María y José, he cometido un error gravísimo— ¿Qué?—No desempaques nada, deja el lugar como estaba y espéreme unos minutos, estaré ahí.

Sin más nada que decir me colgó sin darme razones o explicaciones, de entrada no había entendido nada, ¿Qué podía haber sucedido?

Haciendo caso a lo que el señor Louis me había mandado recogí todo lo que había puesto en "su lugar" según yo, e hice nuevamente las maletas, esperando sentada en el piso que el conserje llegara a resolverme las dudas que tenía. Y como si mi mente lo hubiese llamado tocó a la puerta varias veces y de una manera apresurada.

— ¿Dejó todo como estaba joven?—Asentí—Cierre con seguro y sígame con sus cosas.

Tomando mis grandes maletas y cerrando el lugar, caminé atrás del señor esperando una explicación vaga por lo menos, pero entramos al ascensor y ninguno de los dos dijo una sola palabra hasta que salimos en el piso de abajo.

— ¿Qué es lo que ha pasado?—Pregunté por fin sin ganas de no obtener una respuesta.

—Este es tu departamento, 234—abrió la puerta y quedé maravillada.

Estaba amueblado tal y como yo lo había organizado tiempo atrás, era excitante para mi vista, colores tierra con vivos, se miraba precioso y con todos los electrodomésticos necesarios para un recién graduada de preparatoria.

— ¿No quiere pasar? Puede estrenar el sofá—Le sonreí de lado esperando un , y fue la respuesta que obtuve ya que el señor entró y se sentó en el sofá.

—He hecho estudios de agente inmobiliario, pero, para los dueños de este edificio no es suficiente, tengo años trabajando como conserje en este sitio, y tengo semanas sugiriendo que me prueben como agente y justo que me dan un voto de confianza para empezar a trabajar como asistente inmobiliario lo he arruinado—Su mirada quedó plasmada en el piso, pude notar con carencia sus expresiones, parecía apenado por lo ocurrido.

—Nadie sabrá lo ocurrido si usted no lo cuenta—Comenté mirando igualmente al piso, el señor Louis me volteó a ver y yo hice lo mismo para sonreírle.

—Este es tu departamento, el 234, me he equivocado al llevarte al de un universitario con crisis de diseñador, el del 239.

239, tengo la sensación de que habrán muchos problemas por ti.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2019 ⏰

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