Rarita ➳ DoDaeng | #4

O19 | Epílogo | Camino hacía la felicidad

Desde ese pequeño incidente habían pasaso tantas cosas.

A veces eran cosas buenas y otras malas, pero aún así se mantenían de pie en cualquier momento de la situación.

Doyeon cerró sus ojos, dejando escuchar solamente el ruido del mar, mientras sus lágrimas bajaban por sus mejillas en señal de dolor sin poder evitarlo. Una sonrisa rota estaba dibujada en su rostro, mientras era observada por la otra chica más bajita que ella a su lado.

─Doyeon ─la dulce voz de Yoojung se hizo notar ─, amor ¿Cómo te sientes en este momento?

La voz de la bajita era cautelosa, la vida de ambas no había sido tarea fácil.

Desgraciadamente ni para la alta ni para la mas bajita era así, porque habían recibido el desprecio por sus familias al decidir ser una pareja estable como cualquier otra y vivir juntas, para empezar desde cero.

─Me siento en paz ─Contestó con firmeza la más alta con una melancólica sonrisa, mirando el horizonte ─. Con la ayuda de las terapias recibidas, ambos estamos mejor y lo sabes.

Los ojos de Yoojung se llenaron de lágrimas. Se sentía un poco culpable por haber hecho a Doyeon decirle a sus padres en aquella vez sobre que eran pareja.

Hace casi ocho meses atrás todo tuvo su final, para recibir un nuevo comienzo.

Las dos chicas habían salido de la universidad con honores, por lo que los gastos no fueron difíciles para las dos.

Doyeon trabajaba como secretaria en una empresa y Yoojung empezaba a especializarse con ayuda de un abogado para también ser una.

─No te culpes ─Dijo la más alta con una sonrisa, poniendo un mechón de cabello detrás de la oreja de su novia ─. Es decir, ambas elegimos este camino, el cual sé que es el correcto, porque mis sentimientos son reales y no pueden ser lo contrario.

Ambas sonrieron. Estaban teniendo una pequeña cita en las orillas de la playa.

─Me siento segura porque estoy a tu lado ─afirmó Yoojung uniendo sus manos con las de la menor.

─Eres una romántica ─se rió Doyeon con vergüenza en sus mejillas.

─Solo por ti, eres la única que le he dicho de esta manera.

Estaban tranquilas y en paz, al cerrar sus ojos podían confirmar que estaban vivas.

─Me siento halagada bebé ─sonrió la más alta.

La libertad podía verse al perderse con aquellas olas del mar.

─No podría dejar de decirte lo enamorada que estoy de ti.

─Entiendo el sentimiento, porque contigo también lo tengo todo ─Confirmó Doyeon acercando su rostro para besar a Yoojung.

Tal vez en un futuro podrían casarse como lo hicieron Jennie y Jisoo. En el caso de ser así ya tenían a quienes invitar, las personas que menos habían esperado no les habían dado la espalda siendo lo contrario, las apoyaron.

Darle tiempo al tiempo en sanar las heridas y reparar todo aquello que fue destruido.

─¡Chicas! ─Esos eran los gritos de sus amigas que se venían acercando.

Yoojung y Doyeon buscaron con la mirada aquellas voces hasta encontrarlas, para luego sonreír.

Eran Minah, Siyeon, Chungha, Nayeon, SooMin y Hyeri quienes traían algunas bolsas de papel de compras en sus brazos. Ellas eran quienes se habían quedado con ellas en buenas y malas.

─¡Ya es tarde! ─se quejó Hyeri con preocupación ─¿Qué hacen allí? Deberían estar en la fiesta.

Todas habían organizado una pequeña reunión en fiesta sorpresa de la superación emocional de ambas chicas.

Doyeon y Yoojung avanzaron hacía ellas con sus manos entrelazadas.

─Lamentamos la demora ─se disculpó Doyeon con vergüenza ─. Quisimos tener una 'pequeña' cita antes de ir a la fiesta.

Ahora Doyeon y Yoojung tenían una nueva familia compuesta de personas quienes menos esperaron.

─¡Ay que lindas! ─Exclamó Nayeon con una sonrisa.

─Les prometimos una fiesta y lo cumpliremos, además hemos invitado a otros de sus amigos a estar allí ─comentó Chungha avanzando con la pareja.

Doyeon y Yoojung se miraron confundidas. Ahora tenían un poco de miedo.

Todas estaban en manada avanzando por las calles mientras veían el hermoso atardecer reflejado en la playa.

─¿Quienes invitaron? ─Preguntó curiosa Yoojung.

─¡Sorpresa! ─Dijeron todas al mismo tiempo. Todas las chicas no querían decir nada ya que habían hecho invitación masiva.

En los rostros de la pareja se dibujo una sonrisa.

No era una mala vida que les había tocado a las dos chicas enamoradas, al contrario, estaba llena de nuevas oportunidades y caminos desconocidos que eran buenos.

Y así sería hasta el fin de sus días, rodeados de amor y felicidad.