Rarita ➳ DoDaeng | #4

O15 | Quebranto

Doyeon tomaba su cabeza entre sus manos, mientras cerraba sus ojos por unos escasos segundos, queriendo recuperar su postura, lo cual le era imposible. Trataba con fuerzas eliminar aquellos sentimientos que le producía la lesbiana pero no podía, ella seguía allí.

─D-Doyeon, tranquila ─decía una suave voz con preocupación ─. Estoy aquí, no tengas miedo.

«Maldita seas, Yoojung. Tu eres la causante de todo » pensó con rabia.

Se sentía una enferma, sucia, manchada por aquella persona de la que juro no querer ver nuevamente en su vida. Le era imposible en esos momentos poder tener un pensamiento coherente en su cabeza, ya todo estaba perdido y no había mucho que hacer o rescatar de su perdición, era una desviada.

─M-Maldita sea ─balbuceó.

Ya estaba contaminada de aquello que había jurado no ser nunca.

Sus ojos retenían las lágrimas, y la bajita se preocupo al ver que la chica que le gustaba, sufrir.

─P-Por favor Doyeon, no llores.

A la pobre castañita bajita no le gustaba ver a Doyeon estar de esa manera. En las pocas en que Yoojung pudo apreciar a Doyeon sufrir, le dolía tanto el no poder acercarse al no ser cercana a la más alta.

Tantas veces, Yoojung quiso poder secar las lágrimas de la chica, pero su timidez había sido tan grande en aquellos días, cuando la más alta todavía no sabía sus sentimientos. Todo empeoró cuando sus sentimientos fueron revelados, no sólo el rechazo había sido un trauma enorme, si no que también los dedos que le señalaron cómo una enferma.

━ Doyeon, ¿Estás bien? ━ El rostro preocupado alertó a la más alta quien trataba de alejarse de ella. ━ Y-yo sólo quiero saber que te pasa… ¿Te duele algo? ¿Te han dicho cosas malas?

━ ¡Veté! ━ Imploró la chica. ━ N-no te acerques a mi.

Yoojung quería acercarse para saber que tenía la más alta. Estaba preocupada, no entendía que le pasaba a Doyeon.

Y eso que la idea de verse había sido de la chica alta de cabellos castaños.

Doyeon había llamado a Yoojung para querer decirle que se alejará de ella, que por su maldita culpa, sus pensamientos eran todos un enigma, pero todo estaba resultando de otra manera.

━ Yo sólo quiero ayudarte...━ La más bajita se acercó a la más alta, para tomar el rostro entre sus manos y mirarla a los ojos.

Quería ver si Doyeon no tenía alguna herida que le estuviese lastimando, pero parecía no tener nada.

Doyeon observaba con rabia a la chica. Sus manos temblaban, aquellos sentimientos reprimodos en su ser estaban autodestruyendola. No era justo,

━ Tú culpa… ━ Musitó Doyeon con el ceño fruncido, y sus dientes apretados, tratando de no escupir su rabia acumulada desde su boca. ━ T-todo esto ha sido tu culpa, Choi.

Yoojung se quedo paralizada. Su corazón dolió al ser señalada nuevamente como en el pasado, tal como si hubiera hecho el peor de los crímenes del mundo. Las palabras de la más alta cayeron como un balde de agua fría para la contraria.

─¿Q-Qué es lo qué te hice, Doyeon? ─preguntó con temor la pobre Yoojung, ya había quitado sus manos del rostro de la más alta para mirarla con dolor en su mirada ─. Y-yo no recuerdo haberte lastimado u ofendido en alguna ocasión.

Cuando menos lo esperaba, Doyeon la había llevado a los extremos la situación, pues tomó de sorpresa a la más bajita al tomar el cuarto del conserje de la universidad para encerrarse con la más baja.

Doyeon apresó a Yoojung contra aquella pared más cercana a ellas. El rostro de la más baja se había pintado de carmín al estar de esa manera con Doyeon.

Jamás habían estado de esa forma tan cerca. Sus rostros estaban a escasos, uno del otro.

La pobre chica más bajita se había puesto pálida.

━ No se que este pasando pero por favor, n-no me hagas daño...

━ El daño me lo has hecho tú, Yoojung.

Cuando menos lo esperaba Yoojung, Doyeon había tomado su rostro entre sus manos, para acercarlo al suyo y besar sus labios.

La sorpresa en el rostro de Yoojung se hizo notar en cuestión de segundos.

No estaba soñando, no era una alucinación, Doyeon realmente la estaba besando.

Los latidos de ambos corazones, por su parte, no tardaron en reaccionar ante el choque de ambos labios.

Las manos de Yoojung comenzaron a temblar después de ello, no sabía que hacer, había quedado cómo una estatua y Doyeon lo sabía, puesto a que ella seguía moviendo sus labios contra los otros para seguir el proceso.

A la pobre Yoojung le resultaba tan irreal que la propia Doyeon estuviese tomando la iniciativa de besarla. ¡Vamos! Ni en los propios sueños de Choi Yoojung pasaba del que Doyeon gustará de ella o correspondiera a sus sentimientos. Al contrario de eso, solo eran unas crueles pesadillas de ese día en que decidió confesarse.

Cuando Doyeon dejo los labios de la más bajita, la más alta tenía el ceño fruncido.

Ambas estaban envueltas de emociones tan nuevas y correctas, que resultaban abrumadoras para la más alta que no dejaba de torturarse con ello. Todo lo que sospechaba estaba siendo cierto, ya no tenía cura.

Doyeon junto su frente con la de Yoojung, quien observaba el hermoso rostro de la más alta con admiración y calidez en su pecho. Jamás se imagino poder vivir para poder ver el rostro de la chica tan de cerca.

━ Por tu maldita culpa Choi, me siento una maldita lesbiana.

Aquella confesión heló el corazón de Yoojung. Su respiración se corto y sus piernas temblaron.

━ ¿Te estoy confundiendo? ━ Preguntó Yoojung confundida.

Doyeon se cruzo de brazos.

━ Mi psicólogo dijo que es normal lo que siento. ━ Exclamó la chica con desinterés. ━ Las chicas les pueden gustar las chicas también, así cómo también los chicos, no hay nada malo en ello.

Yoojung mordió su labio inferior algo nerviosa.

━ Es normal que me gustes, Doyeon. ━ Yoojung estaba juntando la poca valentía que le quedaba en su sistema para poder confesarse. ━ Sigo siendo la misma persona normal ayer y hoy, no importa quien sea la persona que me guste.

Doyeon sólo cerró sus ojos para llorar en silencio.

Se dejo caer en el suelo mientras era consolada por la contraria.

Doyeon no quería seguir así. No deseaba ser una anormal como lo catalogaban todos.

Ojalá pudiera quitarse esa enfermedad de encima. Solo quería ser normal, como sus padres le habían enseñado.

Ser una mujer normal y gustar de los chicos.