Día 2 antes de los 100

11 0 0
                                    

Todos en algún momento odian ser lo que son, la verdad de alguna manera yo me estaba cansando, pero no de tal modo para dejar de haberlo, quise experimentar cosas nuevas, como cambiar la rutina de estar 24hr al frente de un ordenador, claro está que... ese era mi mundo, pero ¿por que quedarse en uno solo, si puedo conquistar alguno cuántos más? ¹¿An ambitu vitae?

Esa noche me encontraba sólo, preparando que podía hacer al día siguiente, comenzar con una nueva partida, como lo es al terminar un libro de ciencia ficción, sin olvidar el otro. En la mañana le propuse a mi primo que hiciéramos algo bien llevado de la comprensión, aliste un machete militar y un galón de gasolina, y le prendí fuego a un árbol de tomates, que se encontraba en el jardín de mi casa, junto a mi acompañante de mi fechoría, comenzamos a talar el árbol encendido en llamas, las personas pasaban y nos miraban raro, con cara de angustia, pero yo solo disfrutaba de ese momento único en mi vida, sentía los racimos de hojas encendidos caer en mi espalda, era maravilloso, me sentía en un juego de supervivencia mal hecho por alguna empresa, pero había algo en aquella acción que lo disfrutaba y no podía parar. Todo finalizó con un "Fuera a bajó" ²für den zweiten spieler. Sacamos dos sillas y una botella de licor para completar lo urgido, ¡Glorioso!, el atardecer había caído y ya íbamos por media botella. Contemplábamos pompeya frente a nosotros. En ese momento supe que marcaría mi existencia.

Esa misma noche nos reunimos en la habitación para hablar de nuestra hazaña, reímos para luego dormir, pero no pude, no hacia otra cosa que pensar en que sería lo próximo que haría. En la mañana siguiente quise actuar sólo, me dirigí a donde la clase alta suele vivir, busque la manera de poder entrar sin que nadie sospechara, una ves en el interior, me topé con el centro de energía que daba luz a todas las casas de ese lugar, dos noches atrás había visto una película en donde una chica para escapar de la cárcel, había cortado la electricidad con un sistema simple pero efectivo, consistía en hacer un pequeño orificio debajo de un vaso de plástico y llevarlo de agua para que cayera en una cuchara y, una ves llena la cuchara, se detonaria y cayese sobre los circuitos. Eso mismo hice. Arriesgue una cuchara de plata que había robado la noche anterior de una vecina amiga de mi madre, pensaba venderla, pero pues el uso fue diferente, salí como todo un campeón por la malla sin electricidad; sin antes ver como toda la burguesía salía quejándose con el administrador del lugar, era divertido, con mayor intensidad al saber que ahora vivía a cuatro casas de ese lugar. Esa misma tarde me había enterado que me había pasado a vivir cerca de ese lugar, pude visualizar todo desde el tercer piso, me había hecho amigo de un chico de esa misma calle, el chico parecía un vampiro, siempre pálido y con los ojos rojos, sabía que no consumía nada, simplemente era así, salía mucho con el a jugar al parque cerca de nuestras casas, me habia habló sobre lo que yo hacía, espero a mi reacción o mi respuesta inédita, pero no dije nada, el momento fue algo incómodo, porque el ambiente se tornó silencioso, hasta que yo rompí el largo silencio.

—La vida es un poco aburrida ¿No crees?, tengo que hacerla interesante o eso me matara.— su mirada era comprensible de lo que decía.

—Te entiendo, mi vida es así, pero es algo con lo que tenemos que llevar.

Sentí por primera ves lo que las personas suelen decir con la mentira en su mirada "Estoy destinado algo grande"

————————————————————————————————————
¹¿Cierto intrigante vida?

²para el segundo jugador

Bett - Antología (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora