lección 19

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Antes de la convivencia decir.Insistes en cruzar los puentes rotos.
Y al final, acabas nadando en un lago de tristeza.

¿Cuánto tiempo llevan tus esperanzas encerradas en una gris habitación sin ventanas? Quizá deberías rendirte, detenerte, darte la vuelta y escapar sin mirar atrás. No por cobardía, ni debilidad, sino por amor propio. Si esas cicatrices que llevabas dentro de ti fuesen visibles por fuera, si te las hubieses visto cada mañana reflejadas en el espejo, probablemente haría tiempo que habrías dejado de intentar ser feliz en los mismos sitios donde conociste el dolor. Pero insistes en cruzar los puentes rotos, sin detenerte a pensar si merece la pena pisar tierra al otro extremo. Y llegas a un punto en el que no te das cuenta de que te estas conformando con muy poco, que acabas creyéndote que mereces ese daño. "Algo habré hecho" —piensas— "o tal vez la vida sea muy puta por tratarme así". Y te metes esa culpa dentro de la piel, y te la llevas a todas partes. Pero no. Habrá situaciones de las que no podrás escapar porque son parte de tu destino, pero otras, muchas otras, dependerán pura y exclusivamente de lo que hagas con ellas.

Así que da la vuelta. No acabes de nuevo nadando
en un lago de tristeza.

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