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Camila estaba sentada en su balcón—como de costumbre—con un lápiz en la mano y una libreta, dibujando. Desde hace tres semanas Lauren no pasaba y se sentía triste y preocupada. Lo único que había podido dibujar todos estos días eran sus ojos, sus hermosos ojos verdes.

Suspiraba al ver cada uno de ellos, hasta que escuchó una voz conocida que la dejó confundida.

—¡Camz, acá abajo!—gritaron.

Sus ojos chocolates se dirigieron rápidamente para abajo, donde se encontró con Lauren.

—¡Lauren!—exclamó, con alegría inmensa en su voz.

La oji verde rio.

—Hola, te extrañé.—dijo con una sonrisa y mejillas rojas.

—Yo también, me preocupé, ¿dónde has estado?—preguntó, confundida y dolida.

Lauren sonrió más ampliamente y lanzó su mochila arriba, comenzando a subir por el árbol hasta quedar sentada en una rama cercana.

—Revisa mi mochila, te traje cosas.—hizo una pausa—Estuve en un viaje y decidí comprar algo para ti.—soltó una risita.

Camila sonrió con las mejillas sonrojadas y abrió la mochila de su amiga, encontrando algunas camisetas y moños.

—Gracias Lo, es lindo de tu parte.—su voz se rompió.

Y comenzó a llorar.

—¡No llores!—se alarmó la oji verde y bajó para caer en el balcón e ir a abrazar a la morena.—¿Porqué lloras?—cuestionó.

—Es que te extrañé y me preocupé mucho.—gimoteaba, dando una ligera sonrisa.

Lauren sonrió.

—Vamos, no llores. También te extrañé. Y no te preocupes, nunca te dejaría sola.

—¿Lo prometes?—alzó la mirada con sus ojos cristalinos.

Lo juro.

◀ѕιттιng▶ CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora