Después de conversaciones amenas y algunos pedazos de tarta, los dos ancianos se dirigían a la guarida secreta del Artista. Simón le había ofrecido a la mujer enseñarle aquel pedazo de su propiedad que contenía su espíritu en bruto. Era una de las muy escasas personas que conocerían ese lugar, ya que siendo la costumbre del Artista de dejar su arte en libertad, seleccionaba a las personas muy bien no solo para que sus cuadernos no fueran manchados. Si no que antes que todo sabía que sus obras no serían criticadas desconsideradamente por cualquier extra que no estuviera dispuesto a aceptar que no todas las personas piensan bajo las mismas reglas.
Le estaba demostrando a Jennifer la confianza y cariño que tenía hacia ella. Lo especial que significaba que ella compartiera de su tiempo con él. Le estaba abriendo su corazón y la invitaba a sus cuatro paredes más amadas. Ella supo apreciarlo y le dio un dulce beso en la mejilla. La sonrisa en el rostro de Simón era grande, y orgulloso empezó a señalar los sketches pegados en las paredes. Le mostró sus materiales para crear dibujos y esculturas, y ella se miraba auténticamente fascinada con ello, vagando su mirada por todas las piezas.
—Estos dos son mis favoritos —mencionó ella acercándose al primer dibujo en blanco y negro de los rostros cuerpos y nombres de Jungkook y Jimin, el cual Simón había arrancado de su libreta para tener en alto a sus más preciadas creaciones.
—También son mis preferidos —miró hacia el dibujo y sonrió. Bajó la vista a su escritorio, centrándose en la chica apartada de sus dos niños —ellos representan a dos personas importantes en mi vida. Creo que son mis creaciones más valiosas.
No solía eliminar cualquier dibujo que él hiciera, después de todo eran una parte de él la que se quedaba impresa en el papel. Incluso aquellas que mostraban los monstruos que dormían dentro de él. Por lo tanto, esa chica causaba desorden en ese espacio inmaculado que también era habitado por esas dos almas. Eran emociones negativas que no debían contagiar a la pureza de los colores que había utilizado. Así que sin remordimiento rasgó con cuidado el lado de la hoja donde estaba ese ser negativo, apartándola de los otros dos y la arrugó paro luego tirarla en la basura.
—Y esas dos personas que significan mucho para ti... ¿son pareja? Quiero decir, estos dos chicos se complementan de una forma que... no se, lograste expresarlo muy bien de alguna forma. Se nota que son hechos el uno para él otro. Eres talentoso.
—Pues no son pareja en la vida real —suspiró con anhelo y ella lo notó, por lo tanto Simón se apresuró a hablar—. Pero dedujiste bien respecto a Jimin y Jungkook —respondió mientras borraba las manchas que de alguna forma desconocida para el Artista se habían formado en el joven más alto. Jennifer sonrió con labios cerrados y se acercó con Simón. Observó por un momento la forma en la que limpiaba su dibujo, y se notaban las emociones del hombre en el ambiente al mirar a su creación con tal cuidado como si fuera un hijo.
La mujer tomó un crayón rosado del escritorio y lo puso frente a la vista de su acompañante y luego señalo al dibujo de Jimin con él.
—¿puedo? —preguntó sin especificar nada con precisión, pero aun así el viejo asintió. Después de todo, Jimin estaba inspirado en ella. Y en su corazón estaba el deseo de que Jimin poseyera más que solo imaginaciones de Jennifer, que tuviera también algo creado por la misma mano de ella.
Jennifer tomó otro borrador de la mesa y quitó esas áreas grises del cuerpo delicado del chico. Sopló suavemente para eliminarlos restos de la goma y empezó a pintar con extremado cuidado nuevamente todos esos espacios que habían quedado en blanco. Lo hacia con total dedicación, no queriendo arruinar la escancia y el cuidado de los trazos previos. Luego sobre la oreja del chico, dibujó una pequeña flor de cerezo enredada en sus cabellos. Tenía en cuenta que nadie tendría el privilegio de afectar directamente las creaciones de este Artista, y quería que él supiera que ella lo respetaría y cuidaría.
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Real Colors ◈ Jikook
FanficAbre tus ojos, aprecia tu entorno y verás que todo a tu alrededor está irradiando color. Azul, amarillo, rosa, rojo, verde... La lista nunca acaba. Estamos hechos de color. Magia de diferentes tonalidades y matices que le dan energía y distinción a...