Ya había pasado la noche entera después de la partida de Jennifer. Y como era de esperarse, lo primero que hizo el artista al despertar fue casi salir corriendo a su estudio. Estaba emocionado, con una necesidad en su mente, que no se percató al voltear la página de su cuaderno que sus creaciones estaban recostadas, una sobre la otra cómodamente, sin ropa y dándose mimos.
Sacó marcadores, crayones y pinturas, intentando decidir cuál sería el mejor material para proyectarse. Pero Dios, ni siquiera él se comprendía a si mismo y el colapso mental que estaba teniendo. Pero es algo un poco típico de vez en cuando que un artista sufra de ellos. Simplemente las emociones se desbordan y la mente es incansable e imposible de controlar.
Sentía que debía pintar a sus dos creaciones en un máximo esplendor. Nada de un simple sketch como lo había hecho anteriormente, debía ser algo grande, algo que les rindiera culto. Necesitaba llamar la atención de los espectadores, o simplemente darles un lugar y una vida más elaborada y especial.
Jimin y Jungkook eran las creaciones más preciadas de su creador, eran como sus hijos, pero con un cariño más relacionado al propio. Y porque no puede ser de otra manera, un artista siempre apreciará sus obras con la misma magnitud con la que este se ama a si mismo.
Era algo complicado de explicar hasta para él mismo. Después de la invitación de Jennifer a su estudio, y como ella ayudó a darle color a su Jimin, se sentía aun más comprometido de no dejarlos a estos dos jóvenes en un simple cuaderno. Ya no estábamos hablando de un corazón, sino de dos creando vida a través de papel, y eso podía crear una magia más fuerte aún.
Simón sacó de una esquina un cuadro, con una estructura interna de madera y el lienzo aun empacado. Removió el plástico protector y tomó su lápiz. Con sus manos expertas y definidas empezó a trazar los cuerpos vestidos de sus chicos en grande en el cuadro de mas o menos un metro de alto con setenta centímetros de ancho. Sus maniobras, tan precisas que ni siquiera tuvo que utilizar el borrador, o hacer segundos trazos para corregir otros. Simplemente sus manos vagaban libres, haciendo la línea correcta a la primera.
Juntos ocupaban la mayoría del espacio en blanco, juntos, un cuerpo contra el otro mirándose a los ojos con una sonrisa llena de amor y felicidad pura. Jungkook sostenía de la cintura a su pequeño, y Jimin le acariciaba la mejilla, y del lado más próximo al punto de perspectiva ellos levantaban sus manos unidas a la altura de su cabeza, mostrando el gran orgullo de estar juntos, de ser suficientes y más que eso para si mismos y para el amor de su vida que les miraba con gran admiración.
Y eso era lo que quería expresar el anciano. Quería ilustrar el como él ama su trabajo y se ama a si mismo, siempre con altibajos. Pero también la forma en la que ama a la mujer que habitaba a su casa. Esto era para él y para ella, aquella señora con aun una delgada y hermosa figura, sin importar que los años le hayan cobrado un poco de eso. Quien vestía colores claros y llevaba su pelo atado en una coleta con una flor pequeña clavada entre sus hebras. Quien amaba tener su jardín lleno de colores y olores. A esa mujer que necesitaba tenerla en su vida, de una forma más profunda e íntima de lo que ya estaba.
Tomó la paleta de plástico y sacó sus pinturas acrílicas. Echó un poco de varios colores diferentes en las orillas, para que cuando estuvo a punto de manchar su pincel, se le vino una mejor idea, dejando su lápiz, pincel y colores a su suerte y salió de su casa para salir en busca de su vecina. Ella atendió él llamado de la puerta y se sorprendió al ver al hombre un poco agitado, pero este se apresuró aa decirle que todo estaba bien, y que quería invitarla nuevamente a sus cuatro paredes llenas de arte.
Ella accedió, nada más trayendo unas galletas de coco y nuez en un frasco de vidrio.
—Preparé estas galletas para ti. Algo me habías mencionado alguna vez que te gustaban bastante así que ayer, después de regresar a casa te las preparé.
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Real Colors ◈ Jikook
Fiksi PenggemarAbre tus ojos, aprecia tu entorno y verás que todo a tu alrededor está irradiando color. Azul, amarillo, rosa, rojo, verde... La lista nunca acaba. Estamos hechos de color. Magia de diferentes tonalidades y matices que le dan energía y distinción a...