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No sé en dónde tenía la cabeza cuando acepté la propuesta de Yoongi. ¿Faltar a clases sin consentimiento? Tomaré en cuenta pensar cuatro veces antes de actuar, porque dos veces no me son suficientes.

Me moví inquieta en el asiento, balanceando mis pies de adelante hacia atrás. Llevaba quejándome con mi amigo y confidente sumamente responsable, cuyo nombre es Yoongi, porque tuvo la brillante idea de influir erróneamente en mi conducta.

-No puedo creer que esté haciendo esto.

-Ya tranquilízate, no hay droga en la maletera.

-Por favor, hazme el favor y deja de ser tan idiota.

Bufó sin dejar de mirar al frente.

-No te van a regañar, ya cierra la boca.

-Lo dices como si no conocieras a mis padres - mantuve mi mirada sobre las calles que se podían apreciar tras la ventana.

-Es la primera vez que haces esto, solo debes convencérlos de que no volverá a ocurrir.

-No pintes todo de rosa, ellos adoran a Jimin, pero eso no justifica mi falta.

-Llegaremos antes del segundo tiempo, aunque quizás debamos recurrir a una que otra mentira.

Y mi papá pensando que Yoongi es una magnífica influencia.

-Más te vale Yoongi, ve inventándote una buena excusa.

-Tranquila, sé que hacer.

Resoplé.

-¿Sabe Jimin de esto?

-Sí, ya está avisado. Lo llevaremos a casa, después de todo está en la ruta.

-Está bien.

Jimin es nuestro amigo de la infancia, lo conocimos jugando básquet en un parque cercano a mi antigua casa y desde entonces somos inseparables.

A los once años sus padres decidieron mudarse a los Estados Unidos para una mejor calidad de vida, luego de ello no lo volví a ver, aunque claro, siempre existen las vídeollamadas y las muchas opciones que brinda el Internet.

No estaba bien ubicada en cuanto al tema su visita, tenía claro que tenía donde quedarse, pero no poseía más información.

Triunfando como siempre, qué fantástico.

-Anda, mueve el trasero, ya llegamos. - me avisó a la par que el sonido del auto cesaba.

Pegué un gritó antes desabrocharme a una velocidad acelerada el cinturón de seguridad y abrir la puerta. Estaba emocionada, y mucho.

. . .

Luchaba internamente para no llevarme las uñas llenas de esmalte a la boca, estaba nerviosa. El aire acondicionado del aeropuerto me obligaba a abrazarme a mi misma pues había olvidado mi abrigo y me balanceaba con inquietud sobre mis pies. La emoción no cabía en mi cuerpo, ver a alguien tras una pantalla no es lo mismo que verle en persona, no trasmite lo mismo.
Esperaba estar lista para ver a esa persona especial, quien estaba por llegar.

-Bien, escucha - traté de prestarle atención - Jim entrará por el pasadizo que ves ahí - señaló el cercano lugar y volvió a mirar su celular - solo no salgas corriendo ni lo aplas-

En verdad traté.

Jim vestía una chaqueta negra abierta, una playera blanca bajo la misma y una bufanda beich que adornaba su cuello. Pantalones ajustados y botas negras, su cabello rubio resaltando y gafas negras que le quedaban increíblemente bien.

Toxic Game | TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora