#15

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—Perdóname— el quiebre en su voz me tensó.— en verdad, me comporté como un idiota contigo.

Tenía una idea indefinida de por dónde se inclinaba su referencia. Una sensación similar al pavor me consumió en el instante.

Había pasado un tiempo desde que había tenido mi última charla con él sobre el tema, nada clara por cierto. Quizás en el fondo no estaba lista para afrontar mis inquietudes, mas no podía ser tan complicado.

Suspiré con pesar recorriendo mi mirada por su rostro con el fallido intento de descubrir alguna intención oculta.

—Dime cuál es la razón de tu petición.— le miré sin vacilar.

No tenía razones para evadir a quién no busca. Si él estaba bajo su compostura y calma, yo también podía prevalecer de igual forma.

Yo soy una persona de decisiones claras, sin embargo, eso no me lleva al punto de ser incapaz de empatizar o cambiar aspectos que tengo oportunidad de mejorar. Todos merecen una segunda oportunidad, todos pueden ser mejores si se lo proponen. No veo excepciones.

—No fui un buen amigo, le falté el respecto a muchas personas, incluyéndote.

Atenta observé tomó un respiro pesado —Lamento que como tu mejor amigo, no haya podido darme cuenta, ni ser consciente de cómo te sentías.— Sus ojos derrochaban honestidad, una mezcla íntegra de aspectos genuinos que era incapaz de comprender en su totalidad. Lucía cuál peligro fiarme de sus ojos brillantes y sus cejas encarnadas.

Realmente había olvidado el lado dulce que había resguardado este chico de cabellos castaños bajo una máscara de decepciones. Tenía un dilema interno, aceptar o no aceptar el arrepentimiento de quién parecía hablar con la verdad, era una pregunta que ya tenía respuesta.

—Está bien.— apreté los labios y jugué con mis manos sobre mi regazo, bajando la mirada por un segundo— Te perdono.

Reposé mi vista sobre sus fanales oscuros, me observaba con parsimonía mientras que poco después una sonrisa tímida se animó a aflorarse en sus labios finos. No fui capaz de remedar el gesto al encontrarme tan inmersa en su comportamiento apacible.

—Voy a compensar cada aflicción— acercó su mano a mi rostro para acomodar un menchón cabello tras mi oreja— por más de una sonrisa.

El calor me traicionó capturándose tenue en mis mejillas, cautivada por su porte perspicaz y sus gestos hipnóticos me limité a mantener la boca cerrada y los ojos bien abiertos. 

No comprendía porqué su mirada lucía distinta. No alejó su mano de mi rostro ni su mirada, estaba perdiendo el aliento ante lo verdaderos que ostentaban ser sus designios. Yeontan quién ya estaba cerrando los ojos con la cabeza apoyada sobre una de las piernas de Taehyung ,comenzó a moverse rompiendo el ambiente compungido. Aclaré mi garganta desviando la vista.

—Creo que estaría bien seguir paseando— posé mi mano sobre la cabeza de Yeontan.

—Sí— sonrió mirando a su mascota— Vamos Yeontan —lo alzó entre sus manos y se puso de pie, le seguí con la mirada.

Confiaré en ti Kim Taehyung, solo te pido que no me decepciones. 

No esta vez.

.          .         .



Me recosté sobre el sillón con Yeontan sobre mis piernas, el pequeño cachorro prevalecía manso entre mis manos mientras que yo me divertía moviendo sus patitas, haciéndole bailar. Taehyung sostenía su celular desinteresado mientras escuchaba a su padre hablarle a través de la línea telefónica, tenía las piernas separadas y un brazo sosteniendo su nuca. Entretenida con la linda criatura que llevaba sobre mí ,me dediqué únicamente a observarle, le había extrañado. Estar en casa de Taehyung luego de tanto tiempo no había resultado nada incómodo, realmente pensaba que sería exactamente lo contrario, me alegra saber que esa suposición fue errónea. La televisón estaba encendida dando a la vista una película de acción de las que a mí y a Taehyung nos gustan, estaba por terminar pero realmente no estaba prestando demasiada atención. Por otro lado el castaño lucía un poco desesperado porque su padre colgase, no despegaba sus ojos de la pantalla y solo le respondía a su progenitor con afirmaciones cortas e incomprensibles. Soltó un largo suspiro en cuanto pudo guardar su celular en su bolsillo y giró a verme, le cuestioné con la mirada y la boca llena de palomitas de maíz.

Toxic Game | TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora