Kris había dio hasta su oficina, allí cayó en la silla y se recostó en el respaldo de cuero, se aflojó la corbata y echó la cabeza hacia atrás. Le dio un golpe al metrónomo que había sobre su escritorio y miró como las bolas negras comenzaban a golpearse moviéndose solo la de las esquinas, las centrales servían de equilibrador.
Era como si ese pequeño objeto simbolizara todo su desastre emocional interior.
Aunque la fachada de Kris fuera la del tipo duro y sin sentimientos, por dentro se moría. Era un completo caos de emociones. Desde que había perdido a su madre, ya no tenía el control de nada.
Luego llegó Luhan con ese mocoso a quien jamás consideraría su hermano. Los bebes nacidos de Hombres eran una aberración, eran asesinos. Siempre mataban a quien lo portaban. Había posibilidades escasas de que el padre contenedor sobreviviera. La verdad era que a Kris le importaba poco aquel muchacho que le había servido de amante a su padre, y le importaba poco Luhan. Si ellos dos continuaban allí era porque tenían que pagar una deuda. Lo más fácil habría sido vender a Luhan a un prostíbulo, pero él no iba a encargarse de un bebé.
Así que dejó que el tío y el bebé se quedaran en la casa, además de que Kai había insistido que tenían que permanecer en la casa. Bueno, al menos Luhan tenía un buen culo con el que divertirse un rato.
Aunque ahora que tenía al inexperto de Tao podría prescindir de Luhan.
Entonces se miró la mano con la que lo había golpeado minutos antes. Kris odiaba usar la violencia, pero estaba un poco fuera de sus casillas y él lo había rechazado, así que por un lado lo merecía la bofetada, pero por otro… comprendía que el chico debía de estar asustado.
Estar de repente en una casa desconocida, con extraños, prácticamente a la fuerza… eso no era sano para nadie. Solo rezaba para que el muchacho no tuviera un colapso mental como el que sufría Luhan, que un día podía ser la puta más obediente, y al otro ser el ser mas desgraciado que había sobre la tierra.
Y tampoco creía que se le ocurriera una tontería como la de cortarse las venas. Si se atrevía a hacer eso lo mantendría encerrado en una habitación aislado, como tuvo que hacer con Luhan. Solo él, Kyungsoo o Jongin iban a visitarlo ese mes, le llevaban la comida quedándose y asegurándose que comía, y en ocasiones le llevaban a su sobrino.
El bebé lloraba mucho al principio y solo se callaba en los brazos de su tío. Kai decía que LiJae se parecía mucho a él, y eso le recordaba la infidelidad de su padre. No era la primera vez que le era infiel, a fin de cuentas Kai era su medio hermano, ¿pero que se acostara con un hombre estando aun su madre viva? Porque el día que llegó Luhan, Kris revisó todos los papeles respecto al hermano muerto y se dio cuenta que era su amante desde que la madre de Kris estaba enferma en cama, en su lecho de muerte.
Eso lo cabreó tanto que lo pagó contra Luhan.
Al chico no le importó en absoluto, incluso lo miraba desafiándolo. No hablaba, pero su mirada lo decía todo, “golpéame”, “mátame y acaba con mi miserable vida”, “destrózame hasta que no queden ni mis huesos”.
Kris se frotó los ojos y pensó en lo que le había dicho a Tao. Lo iba a castigar, pero también tenía pendiente el castigo de Luhan. Lo haría a la vez. Ya que parecía que a Luhan no le agradaba Tao. Iba a usar eso en su contra.
Pulsó un pequeño botón en el fijo de su mesa y mandó a su nuevo guardaespaldas que recogiera a Luhan en su cuarto para llevarlo a la sala de los juegos, como lo llamaba él.
Entonces Kris se levantó y fue a su cuarto con paso firme. Seguro que Tao seguiría cabreado o asustado, pero bueno, ya había pasado tiempo suficiente para que pensara en lo que había dicho.
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Metronomo
FanfictionTao era un estudiante tranquilo de diseño de moda, pero a causa de una deuda de su familia se verá obligado a convertirse en el juguete sexual de un peligroso mafioso de China. Kris sólo deseaba usar a ese sujeto, pero acabó recibiendo algo que poco...