❝·Tres·❞
Las semanas pasaron para el joven Vinegar y el calor abrazador se sentía cada vez más en el pequeño pueblo urbanizado. Su frágil cuerpo, sintiendo cada vez más esa sensación, tuvo que optar por usar suéteres un poco más delgados, e incluso, más reveladores de lo que estaba acostumbrado a usar las otras tres estaciones del año. Pero de cierta forma, sus ansias por quitarse el terrible calor que hacía en la ciudad provocaban que le importara poco usar dichas prendas, después de todo, tenía bastantes que le quedaban bien por la forma de su cuerpo.
Risotto, su gerente, le había dado una semana libre del trabajo debido al buen trabajo que había realizado, así podía salir con su hija y tener tiempo de calidad con ella en las preciosas costas que se apreciaban en el lugar. Doppio, obviamente le agradeció de forma muy gentil su hospitalidad, pues era muy poco el tiempo que podía estar solo y disfrutar de la natural costa del lugar junto a Trish.
Por obvias razones no se podía dar los lujos que otros podían permitirse en estas épocas, como los costosos viajes a otras partes del país, deliciosa comida fresca de temporada, tours prestigiosos por las estructuras más conocidas del área o incluso solo salir de compras vacacionales por los centros comerciales. Pero a Doppio no le interesaba nada de esas cosas, pues él había vivido 23 años sin ninguna de esas comodidades y se sentía sumamente satisfecho con pasar su valioso tiempo con la pequeña persona a la que más amaba en todo el mundo, la niñita tan inocente de ojos verdes.
El primer día que tuvo libre, decidió ir contentamente al supermercado a realizar un mandado rápido, pues el día anterior le habían pagado y las provisiones que quedaban en la casa que compartía con su padre adoptivo no era suficiente para la semana entera. A su hija le encantaba acompañarlo a ese tipo de lugares, por lo cual el chico de cabellos rosado siempre la traía con sigo cuando de compras de víveres se trataba. Ella siempre le ayudaba a elegir los artículos más "baratos" que hubiera en los estantes, a pesar de que los precios si fueran algo elevados.
Después de un corto paseo por la ciudad, arribaron al mercado donde el de pecas compraba siempre sus alimentos. Era un lugar algo caro y por esa razón no se podían permitir comprar tantas cosas como lo desearían, pero siempre ambos fueron personas de estándares muy altos, no era como si se satisficieran con algo de poco precio.
Se adentraron en el lugar y el mayor tomó un carrito, donde sentó a su hija para que se les hiciera más cómodo el recorrido que hacían por la tienda, la cual era algo extensa. Ciertas miradas cruzaban a los dos pelirrosados, el muchacho conocía bien esas miradas, las cuales ya no le importaban a este punto. Por un lado, las mujeres tradiciones siempre se encontraban escandalizadas por el hecho de que se viera tan joven y tuviese una hija, por el otro, los hombres pervertidos lo miraban con deseo por los suéteres tan reveladores que usaba en verano. Lo incomodaban, pero después de todo poco le importaban esas opiniones, había aprendido a lidiar con ellas y vivir tranquilamente.
Solo compraron lo más básico, lo que siempre compraban. Dos hogazas de pan artesanal horneadas en Nápoles, Unas cuantas latas de frutas tropicales en almíbar, Pastas empaquetadas integrales, Atún en aceite, una barra de mantequilla de cabra y verduras variadas, específicamente aquellas las cuales Trish no se reusaba a consumir. Aun cuando esos productos sonaban extravagantes, estaban dentro de su presupuesto, el cual no era exactamente mucho.
El joven Vinegar recordó entonces que Risotto le había dado un poco más de paga de la cual recibía usualmente, por lo cual decidió comprar un premio para él y su milagro, se lo merecían después de tanto trabajo que habían hecho para conseguir sus días libres. Pasó sus ojos por los estantes, viendo que podría comprarse que hacía tiempo que no probaran. Sus orbes posaron gloriosamente sobre una barra de chocolate con almendra y cereza, se sintió tan cautivado que lo puso junto a sus cosas.
Despues, los ojos caramelo del muchacho se fijaron en su carrito, el cual contenía pocos artículos, mientras que los de los demás clientes estaban casi desbordándose de compras, algo que le hacía lamentarse levemente de su situación económica.
Su hija lo vio afligido por esta cuestión, y aunque fuera poco el tiempo que lo veía decaído, a la niña de ojos esmeralda le dolía mucho ver a su padre de esa forma. A sus 5 años había aprendido a no pedir cosas que su padre no le pudiera dar. Después de todo, lo que más importaba es que se tenían entre ambos, para darse el cariño que nadie más les daba.
— Papi, no te pongas triste — Le dijo con su voz tierna, mientras le daba un tierno intento de abrazo con la poca movilidad que le dejaba el asiento del carrito de compras. Este gesto hizo que Doppio sonriera, dejando a la vista sus dientes que relucían bajo las brillantes luces del mercado
— te quiero mucho Trish — Le dio un suave beso en la frente, dejándole saber que todo estaría bien — Hoy comprare algo de chocolate para ambos — Le tiró otra sonrisa, a lo que su hija le correspondió la mueca. Caminaron un poco más por el lugar, el cual, con suerte estaba refrigerado. Una vez listos para pagar, el joven Vinegar puso sus cosas en la banda de la caja y sacó su cartera, la cual tenía un tierno estampado de ranitas verdes.
— ¿Doppio? — Escuchó enfrente de él, así que levantó su cabeza hacia la fuente de esa profunda voz y lo vio a él, al hombre que era ahora cliente frecuente de la repostería en la que trabajaba. Su rostro se veía relajado, por lo cual supuso que no quería hacerlo sentir incomodo con su espontaneidad.
— H-hola, Diavolo — Sonrió más nerviosamente, ya lo veía mucho en su trabajo, pero aún le daba algo de pena hablarle sabiendo que era bastante torpe, de todas formas, no se conocían del todo — No pensé verlo trabajando por aquí —.
— Es mi primer día, se me hizo un buen lugar para trabajar, está cerca de la costa — le respondió con cierto interés, pues la verdad era que el mayor encontraba atractivo al pequeño muchacho de piel pálida. Era un tipo inocente, el cual no se encontraba en todos lados, y quería asegurarse que fuera el quien le quitara esa inocencia tan infantil que era parte de su tierna y carismática personalidad.
— ¿De casualidad trabajara en otra cosa? — Preguntó, al recordar que siempre que iba al café solo lo había visto en un traje formal con una llamativa corbata rosada, y en esos instantes portaba el uniforme de empleado del supermercado, el cual no estaba ni cerca de verse tan elegante.
— Si, y me encantaría hablar de esto, pero retrasare a los clientes, dulzura — Dio una pequeña pero coqueta risa, señalando a los clientes que formaban una fila tras de él. La forma en la que lo habían llamado hizo que el rojo se le fuera a las mejillas — Pero puedo darte mi número, así nos podemos conocer un más, ¿Suena bien? — Propuso, dándole un papel con su número y su nombre, el cual guardó en su cartera de ranas.
— Claro, señor Diavolo — Dijo casi murmurando, le daba cierta pena que le vieran con aquel sonrojo que se formó en su rostro. Su hija se veía preocupada por el cambio de color en su piel, como si estuviera por preguntarle si tenía fiebre.
Enseguida, el cajero de cabello rosa largo le dijo la cantidad exacta de dinero que necesitaba pagar por sus cosas. Y al escucharlo, Doppio se paralizó del miedo. Eso pasaba el presupuesto que tenía en mente. Claro, tenía el dinero suficiente, pero lamentablemente había dejado el resto en casa para que no se le perdiera. Tragó saliva, algo que el mayor pudo ver con cierta sospecha.
— Tu no te preocupes, cariño. Puedo hacerte este favor — Guiño con su ojo, enviando un escalofrío por su espalda cubierta de pecas. Vinegar tomó a su hija y a las bolsas con sus compras sin pagar, pues el amable hombre de ojos verdes le dijo que el pagaría, y se fue, hecho un desastre de sonrojo.
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♥Gracias por leer♥
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↳ 🌸₊˚. ··· Sugar Daddy »»-Dᴏᴘᴘɪᴏ x Dɪᴀᴠᴏʟᴏ-««
Fanfic🌸Vinegar Doppio es un joven de apariencia fresca que vive en Cerdeña y trabaja en orden de salir de su pobreza🌸 Diavolo es un hombre millonario que se muda a Cerdeña y busca compañia para salir de su soledad 🌸 Warnings: Age Difference 🌸 Explici...