Capitulo 26

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Podría contar como fue, como sucedió, como se confirmó. Pero solo diré que pasó, pasó y fue la cosa más increíble que viví en mi vida, fue el sentimiento más puro y verdadero.

Ni siquiera tengo palabras para describirlo. Aquel beso desato todas mis emociones reprimidas, todo aquel miedo, ese posible rechazo. Todo se había ido, con un pequeño acto de su parte.

No sé qué pensaba él en ese momento o como se sentía por dentro, solo podía acotar a que estuviese igual de feliz que yo, igual de completo y amado.

Cuando volvimos a separarnos, apoye mi cabeza en su pecho, dejándome envolver por sus brazos firmes y protectores, aspirando en la fría noche, cerrando mis ojos mientras mi mente me afirmaba que era real, estaba sucediendo. Mi corazón chocaba contra su pecho con fuerza, así como el suyo mismo; necesitábamos calmarnos, todo estaría bien.

Me separe un poco para ver sus ojos verdes tan oscuros e imposibles de descifrar y me encontré con su sonrisa, leve y cercana, pasiva. Le sonreí de regreso y sacudí un poco la nieve de mi cabello, hacia frío, prácticamente me congelaba pero no importaba, no quería irme de allí.

—¿Me quieres? –finalmente pregunte.

—Te quiero –afirmo seguro.

—¿Estarías dispuesto a intentarlo, aunque el final no sea lo que esperamos?

Esa era la respuesta importante, la que me importaba saber. Después de todo, ¿de qué me sirve saber que me quiere, si no va a hacer nada al respecto? No me incomodo que se lo pensara, porque comprendo que es algo difícil de responder, pero solo rogaba, porque Harry Potter diera a mi vida, ese amor que tanto necesito.

Sus ojos volvieron a buscarme, se veía nervioso, casi temblando –o tal vez era el frío–, y soltó un suspiro.

—Lo estoy, estoy dispuesto.

—¿De… de verdad?

—Si.

Mi sonrisa floreció y mis brazos atraparon su cuello, rodeándolo, envolviéndolo en un abrazo. ¿Cómo una simple palabra puede hacerme tan feliz? No tengo idea. 

Harry compartió mi alegria, nos abrazamos y sonreímos, como cuando realmente encuentras lo que buscabas, cuando sabes que no estarás nunca más solo.

—Te quiero –susurre despacio, para luego volver a besarle.

Éramos dos personas llenas de magia, de pie en medio de un barrio de magos, mientras la blanca nieve nos cubría de a poco y la luz tenue a penas nos iluminaba. Éramos dos enamorados, yo de aquellos ojos y él de mi sonrisa. En aquel instante no había espacio para el miedo, la felicidad abarcaba todo nuestro ser, ¿Qué importa el resto? Me deje fundir en aquello, hasta sentir que me embriagaba, en puras palabras de amor.

No puedo creer que por poco pienso, que convencer a Harry de que deje sus miedos era la cosa más difícil en el mundo. ¿Cómo me equivoque tanto? Si aquello fue lo más sencillo.

De hecho, lo más difícil, fue decirle lo nuestro a los demás. Apuesto a que ya se podrían imaginar algunas reacciones.

Dani fue la primera en saberlo y ella se puso muy contenta por ambos, incluso lo felicito a él por dejar de ser un cobarde-rompe-corazones-de-mejores-amigas y nos propuso salir con ella y Fred cuando podamos.

Luego, estuvieron Bill y Fleur, esta última, sollozo de emoción al ver “qué tan ggande está mi hegmanita”, en cuanto Bill como todo cuñado sobreprotector, pidió hablar a solas con Harry. Solo sé que él no se veía nervioso, pero tampoco muy contento que digamos. Solté una risa, puesto que no quiero ni imaginar qué clase de charla suelen tener los hombres en estos casos.

the secret dimension (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora