Capitulo 27

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Los ojos de Harry se movían con lentitud, estaba en una cámara completamente oscura, negra como la noche, vacía de objetos visibles. Una respiración lenta y temblorosa salía de sus labios, el sudor frío empapaba su remera y no entendía, no sabía que hacia allí. Se giró sobre sus talones y aguzo la vista a través de aquellos lentes redondos, ¿Dónde estaba? ¿Qué hacia allí? Camino a tiendas, con ambos brazos estirados, palpando el aire, su respiración se volvía más rápida, más dificultosa con cada paso. Tenía miedo, ansiedad, ¿Dónde estaba todo el mundo? Su corazón se agito con miedo, haciéndole doler el pecho. De pronto entre toda oscuridad, una luz ardiente bajo desde algún cielo, haciéndole doler los ojos.

Aquella luz se detuvo a centímetros frente suyo, se fue convirtiendo en una figura humana poco a poco y de pronto, Harry veía a una mujer. Su cabello blanco y largo, sus ojos azul cielo, su tez extremadamente pálida, era joven y hermosa, misteriosa y llena de poder. ¿Pero quién era?

—Has dejado que el miedo te sucumbiera, Harry Potter –la voz melódica de la mujer le inundo–. Si todo el mundo está ahora creyendo que has perdido la cabeza, ¿Cómo van a creerte cuando les digas la verdad?

Harry no sabía que decir, ¿de qué estaba hablando? Entonces lo recordó. Hacia unas semanas, había tratado de hablar con los Delacour y Tonks, advirtiéndole que algo malo les pasaría a Chloe, Jessica y Danielle. Aquellos sueños constantes y torturadores no dejaban que durmiera con tranquilidad, le carcomían entero, él debía hacer algo, tenía que decirlo. Pero nadie le creyó, incluso su Chloe se rió en su cara. “¿Estás loco?” ella había dicho, cuando él le advirtió que tuviese cuidado. No era la intención de Harry asustarlos o que pensaran mal de él, no, para nada. Pero la forma en que lo había contado… Suponía que no fue la correcta y ahora, nadie hacia caso de lo que decía, temían por su salud mental. 

La mujer camino alrededor de él, con pasos lentos y seguros, como si hiciese aquello todo el tiempo.

—Exacto –afirmo con un asentimiento–. Mi intención no es que te vuelvas loco, Harry Potter, eres el medio que he escogido, por el cual mis palabras se harán escuchar. Por el cual, se cumplirá mi profecía. No debes tener miedo, no debes dudar, fuiste elegido por un propósito –la mujer lo escruto con la mirada–. No me falles.

—Pero… –vacilo. ¿Qué iba a decirle? No tiene opción, no eligió que le dieran semejante responsabilidad, simplemente se la dieron.

—Sé que es difícil –soltó un suspiro–, pero creo en ti, en tu potente magia, en tu corazón.

—Aun no entiendo señora… Señorita… ¿Qué sucederá con mis amigas?

—Lo comprenderás con el tiempo, Harry, todo a su tiempo. Llegará el momento y tú lo sabrás todo, pero no debes temer a estos sueños, después de todo, serán los que te salven la vida cuando estés perdido.

—¿Tendré yo también una misión que cumplir?

—La tendrás –sonrió con tranquilidad, juntando sus manos–. Guiaras a la muchacha cuyo deseo es puro de corazón hasta el talismán de los deseos imposibles. Harás de su deseo una posibilidad infinita o ambos perecerán en el duro intento.

Los ojos de Harry siguieron a la mujer, su voz se había vuelto pesada y onda mientras decía aquellas palabras y sus ojos se habían vuelto completamente blancos, como si algo la poseyera en ese instante. ¡Claro! El oráculo, aquello la había poseído, la mujer estaba diciendo una profecía, palabras que debía memorizar para siempre, si olvidaba alguna, podría ser imposible que su misión se cumpliese.

Entonces, el sueño se deshizo y estuvo de pronto, en el patio de la familia Weasley, sus pies se tambalearon un poco por la aparición y su estómago se sintió enfermo. Bill Weasley, el mayor de los hermanos puso una de sus manos en su espalda, como ayudándole.

the secret dimension (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora