2: Dónde nos conocimos

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(Narra Sam)

Me bajé del coche. Y lo dudé una y otra vez. No sé cómo, pero entre a la escuela. Bajé la mirada, para que nadie me reconociera; quería pasar este año, desapercibida.

Intenté evitar a las Chicas, y lo logré evitarlas. Y en eso, choque con alguien.

- Uch - dije cayendo al piso

- Lo siento - era una voz dulce - ¿Samantha?

- Si ¿que pasó? - levanté la mirada - ¿Nacho?

- ¡Sami! - me gritó

- ¡¿Nachos para llevar?! - nos reímos al mismo tiempo - Mejor, no te abrazo, porque estás cubierto de lodo

- Si es una historia, un poco graciosa

- Bueno, ¿Cuánto tiempo sin vernos?

- Si, yo pensé que no ibas a estar en esta escuela, ¿No que te ibas a mudar?

- Si, pero algo pasó, luego te cuento - añadí

- Ay, quisiera abrazarte - se miró - pero tengo un problema

- Jajaja - me reí - bueno, vamos a que te cambies ¿Te parece? - asentió

Nacho es mi mejor amigo desde 4° de primaria, y siempre volvía cada día, o con huevos en la cabeza, o cubierto de papel higiénico; pero nunca me decía el porque.

Siempre me contestaba: "Es una historia graciosa". Pero sólo llegaba hasta ahí. En fin, era mi único amigo de la escuela.

Llegamos al baño, y esperé a que saliera Nacho. Pasaban minutos y no salía, y yo sólo estaba ahí sentada a un lado de la puerta, cuando escuché que alguien salía.

Me paré, pensando que era Nacho, y me acerqué a la puerta, pero la puerta terminó pegándome en la nariz

- ¡Ouch! - grité

- Ay, perdón - un chico distinto me puso en el piso - disculpa no me fijé

- Pues para la próxima fíjate, así evitarás un desastre - añadí un poco furiosa

- Espera aquí - tomó un pañuelo y regresó al baño

La sangre me escurría cada segundo un poco más, y mi nariz estaba roja. Y en eso regresó.

- A ver aquí está, ponte este pañuelo en la... - se lo quité y rápido me limpié y después me lo puse en la frente

Aproveché ese momento para abrir los ojos, y entonces ví al pendejo que cambiaría mi vida. Un chico alto, pelo negro, ojos un poco azules, un poco guapo, no para mí gusto, robusto, y muy imbécil.

- Jajajaja - se reía - perdón es qué la verdad lo siento, pero admiten que fue un poco gracioso

- Yo no le encuentro lo gracioso - añadí

- Ya veo, bueno déjame presentarme como se debe, yo soy Maurice Ludwood - me extendió su mano grande y sudorosa

- No gracias - le aparté la mano

- Auch - guardó su mano - Chica dura

- Y tú un charlatán - giré mi mirada a otro lado

- Uy, perdón si te ofendí - se acostó a un lado de mí - pero, ya olvida lo que pasó, sólo preséntate

- Aaah... - suspiré - bueno, tu ganas, me llamo Samantha Madison, y pues no tengo muchos amigos que digamos - bajé la mirada

- Uy, somos dos - levanté otra vez la mirada y me sonrió

Nos quedamos en silencio, pero mi mente era un baile florklórico, su sonrisa penetró en mi corazón poco a poco.

- Ya vol.... - era Nacho

- Mierda - dije en voz baja

Amor por rumorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora