Capítulo 10: Distancia

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Bueno, han pasado dos semanas desde mi medio cita con Ruben en el baño y como no, no tengo nada bueno que contar.
Después de la cita, empezamos a vernos más, a estar más juntos, a ser más felices dentro del infierno, pero una tarde en el patio, decidimos darnos un beso, sin miedo, sin temor , pero nos pilló una de las educadoras, no os imagináis lo que vino después.
Hay varias normas en el centro, algunas importantes y da la casualidad que no tener pareja es una de las más importantes. Desde ese día en el patio no nos hemos vuelto a ver, nos han separado, cuando yo como el se ducha, cuando yo me ducho, el come, sin hablar de que dormimos en habitaciones separadas, una semana duermo yo en la sala de visitas, encima de un puf  y otra duerme el, pero sabéis que? Torres no se rinde tan fácilmente.

-Torres, se puede saber que coño haces en el pasillo a las tres de la mañana hablando solo?.- Me dice el educador de noche.

-Veras, estoy planeando como quemar el centro, no sé si empezar por la cocina o por la sala de educadores.-Le digo con tono serio.

-Eso que dices es muy grave, si ya tenías el castigo de la relación ahora desearás quemarte a ti mismo. Acompañame a contención -Me dice gritando.

-Perfecto, te sigo.-

Bajamos por las escaleras, mi plan estaba funcionando a la perfección, da la casualidad que al final de las escaleras está la alarma de incendio, ¿porque no pulsarla?. La pulso.

Inmediatamente salen todos los educadores, todos los niños de las habitaciones, quien iva a decir que una simple alarma la liaria tan parda. Entre gritos y empujones salgo corriendo hacia la sala de visitas, donde esta Rubén durmiendo esta semana.
-Torres!! Tendrias que estar saliendo con todos tus compañeros al patio, ¿no oyes la alarma?, vete, corre, tengo que acompañar a Ruben.!-. Me dice el educador que está vigilando a Ruben.

-Veras Juanjo, pero creo que uno de los pequeños se ha quedado atrapado en el baño de la segunda planta, yo iría a por el, pero tengo que salir al patio.-
El educador sale corriendo, va a por el supuesto "niño" que se ha quedado atrapado.
Una vez se ha ido me dispongo a entrar a la sala de visitas, que asco da esta sala, cuatro paredes blancas acolchadas y un puf, ni que fuéramos criminales.
-Torres!!,¿que coño haces aquí?, vamos al patio corre, o acaso quieres quemarte.- Me dice Ruben mientras salta a abrazarme.
-Ruben, tranquilízate, ¿te crees que sería tan tonto de no poder verte en los meses que estamos castigados?, he sido yo, yo he pulsado la alarma, solo para verte, ¿porque sabes que?. Ni una puta sala de contención, ni diecisiete educadores, ni todas las alarmas de este centro lograran separarme de ti, que te quede claro, que seremos niños, pero voy a luchar por ti, pase lo que pase y pese a quien le pese, porque si algo hace que no me tire por la ventana, aparte de los barrotes, ese eres tú, tu me has enseñado que cuando hay amor, ni el mayor de los miedos es capaz de hacer daño, así que ya sabes, lucharé y lucharé, pero tu ,rubio, tu serás para mi.-

De repente noto sus bonitos y suaves labios en los míos, me ha callado con un beso, me envuelven sus cálidos brazos, ahora mismo ni el mismísimo dios podría estropear este momento. La alarma ha parado.
-Torres, te quiero!.- Me dice con cierto toque de picardia.
-Sanchez, te quiero!.- Le respondo con el mismo tono.
De repente entran por la puerta tres educadores.
-Torres!!, te has metido en un buen lío, vas a pasar muchos días sin ver el sol!.-Me dice la educadora de la cual me había escabullido antes.
-Me parece bien, ¿nos vamos?.- Le respondo con odio.
Los otros dos educadores me han cogido de los brazos para contenerme, ni que hubiera matado a alguien oye.
-Sanchez, recuerda lo que te dije aquel día en el patio, los niños al fin y al cabo somos niños .-Le digo a Ruben mientras le guiñó el ojo.
Me sacan por la puerta, supongo que ahora me llevarán a alguna sala de castigo a dormir encerrado o encima de algún puf, pero ¿sabes qué?. Sino luchas por ti mismo, nadie lo hará.

TORRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora