Pues bien, ya llevo muchos meses en Vinyeda, el centro que en vez de educar personas, educa delincuentes. Menores los cuales no hemos tenido la oportunidad ni la suerte que el 80% de los niños. Niños que hemos sido maltratados, humillados, violados. Y no, un centro de menores no es como en las películas de la televisión, todos felices juntos, con buena comida, llevándonos bien entre todos y adoptandonos familias felices. La cruda realidad es muy diferente, si expresas tus sentimientos estas loco y te médican, si expresas tu amor te castigan, si hablas más de la cuenta te encierran, si no quieres comer te lo guardan hasta que se pudre. Eso sí, los educadores a las familias se lo pintan como Disneylandia. No negaré que tenemos buenos momentos, claro está, pero de 10 buenos, tenemos 20 malos. Pero algo tengo claro, cuando cumpla 18 años pienso escribir un libro, explicar toda la verdad, el dolor, el sufrimiento y no ser esos niños tontos que salen del centro y se enganchan a las drogas, pienso dejar huella, que todos sepan la verdad.
-Torres, por favor, acompañanos, vas a empezar tu terapia en la psicóloga de la ciudad. - Me dice la educadora de mañanas mientras desayuno.
-¿Disculpa?, no necesito ninguna terapia psicológica, necesito ser feliz, volver con mi familia, dejar de sufrir.-
-El equipo técnico después de las pruebas mentales que te realizaron, han valorado que tienes un trastorno mental el cual se tiene que tratar. -Me dice mientras bruscamente me levanta del brazo hacia la entrada del centro.Mis cojones si tienen un problema, que están bien inchados de esta mierda.
Me subo a la maldita furgoneta Opel, como no con los cristales tintados, no vaya a ser que la gente nos reconozca. Después de casi media hora de viaje, llegamos a la ciudad, aparcan el coche y yo y dos compañeros más nos bajamos. En frente esta el psicólogo. Entramos, a los 5 minutos de estar sentado oigo mi nombre.
-Aaron Torres, acompáñame a la consulta número 2.- Me dice una señora pelirroja de pelo largo y rizado.
Madre mía la que me espera.
-Bien, mi nombre es Debby, soy psicóloga y psiquiatra y voy a llevar tu caso, según leo en el informe entregado por el equipo técnico y por lo que he podido valorar, sufres un trastorno limite de la personalidad, así también como una depresión profunda.- Me dice la señora sosteniendo una libreta en las manos.
-No fastidies, mira tu, yo creía que estaba peor. -
-No bromees, no estas en situación de bromear. Bien, por lo que puedo observar en ti, escondes tus sentimientos provocandote a ti mismo una depresión profunda y cuando muestras los sentimientos, recurres al victimismo y la manipulación para llegar a conseguir tus objetivos. A partir de mañana vas a tomar dos antidepresivos y un tranquilizante, para así conseguir una estabilidad mental adecuada para tu edad, los trastornos que sufres no son comunes en niños de tu edad, pero viendo el expediente del que vienes y teniendo una madre con esquizofrenia lo comprendo, se te ha tenido que pegar algo de ella.-
-¿Disculpa?, mira primero de todo, puedes meterte el boli, la libretita y el expediente que sostienes por el coño, segundo no me conoces, ni siquiera me has preguntado cómo me siento o me has valorado oralmente, solo has leído una mierda de expediente de unas señoras que cobran 1400 euros al mes por inventarse cosas con sus tests de mierda y tercero mi madre es una enferma mental y tu como profesional médica deberías guardar un poco de respeto hacia un enfermo mental, sino dedicate a otra cosa.- Le digo con un cierto enfado y tono desafiante
-Por favor, sal ahora mismo de esta sala y llama a tu educador, pienso contarle todo lo que me has dicho y la falta de respeto que has tenido, para que así recibas un castigo ejemplar. - Me dice esa señora muy alterada.
-Perfecto guapa, un placer conocerte, hasta la próxima. - Le digo guiñandole un ojo mientras salgo de la consulta.Madre mía la que me espera, ya puedo rezar lo que sepa.
A los cinco minutos de entrar el educador en la sala, sale con cierta cara de vinagre.
-Torres, la doctora Debby me ha informado de lo sucedido dentro de la consulta, por la enorme falta de respeto que has tenido hacia ella, vas a pasar dos largas semanas en aislamiento.- Me dice el educador gritando.
Joder con el payo ranger, no pienso ni contestarle, cuando llegue al centro ya me iré yo sólito a aislamiento. Pero algo tengo muy claro, el miedo es como un monstruo, no puedes dejarlo crecer.
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TORRES
Non-FictionLa vida de un chico aparentemente normal, da un giro inesperado de 180°. Un día cualquiera tiene que ingresar por obligación en un CENTRO DE MENORES. Sigue su historia, sigue su doloroso pasado y sobretodo vive y siente lo que él vivió en su momen...