capítulo 38

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Virgo:¡Déjame salir!— golpeaba su reflejo

Sirena:¿Para que?, ¿Para que sigas desperdiciando tu vida?— irritada

Virgo:¡Yo no desperdicio mi vida!— protesto

Sirena:¡Ah, no!— sarcástica —¡Tratas a tus inferiores con respeto, tienes un novio y amigas de clase baja, le sonríes a la zombie!. Estás matando tu mejor lado

Virgo:eres tan molesta— bufó —mamá, no puedes tenerme encerrada en mi subconsciente por siempre y lo sabes

Sirena:pero hija, me estoy divirtiendo tanto— cínica

Virgo:las sirenas son de lo peor, tratas de matarme incluso cuando ya llevas 100 años de mi vida muerta

Sirena:pero querida, recuerdo de quién fue culpa que yo muriera— sus ojos turquesa se encontraron con el reflejo de su hija

Virgo:papá solo trato de defenderme, tu querías asesinar a tu propia hija...¡Solo por tus malditos celos!, ¡Todas ustedes están locas!— grito

Sirena:hay cariño, tienes razón— sonrió —pero si no mal recuerdo, yo pude salir debido a tus celos, ¿No?

Virgo:...— guardo silencio

Sirena:con que ya recuerdas...— caminaba alrededor —...aquellos momentos en que sostenias esto y envidiabas esto otro— mostró dos bebés mecánicos

Virgo:¡Gemma y Lirio!— golpeó fuertemente, el agua se levantaba —¡Suelta las!

Sirena:recuerdo claramente como mi pequeña veía a su tierna hija y pensaba:"quiero esos ojos, su belleza es innegable, no puede ser más bella que yo, ¿Por qué no puedo matarla simplemente?"

Virgo:¡Basta!— tapó sus oídos —¡no quiero oírlo, no quiero!

Sirena:o cuando esa escoria de chico tomaba entre sus brazos a esta cosa— tomo a lirio de los pies —pensabas al así como:"no la veas, ella no es mejor que yo, yo soy mejor que todas, ¿Por qué solo le dedica tiempo a ella?, ¿Por qué ya no álava mi belleza?, ¡Es todo culpa de esa bastarda!"

Virgo:¡Basta, déjame en paz!— gritó y su reflejo desapareció levemente

Sirena:siempre fuiste tan débil— reía a carcajadas

°^°^°^°

Virgo:ya no, por favor, ya no más— lloraba

Flashback hace 155 años

—mamá, mirá— mostró un pequeño dibujo infantil —¿Te gusta?

—hay tesoro, es hermoso— lo tomó —ven, te mostraré donde voy a guardarlo

La mujer sonrió cálidamente a su hija, la llevó a través de la sala hasta la cocina, la mujer prendió el horno y comenzó a mezclar ingredientes para hacer la tarta de chocolate que tanto amaba su pequeña hija, luego del proceso la mezcla desgarro el tierno dibujo de su hija y después de revolver por media hora y gozar de cada lágrima que había derramado la pequeña metió el postre dentro del horno y se agachó a la altura de la niña

—no quiero volver a ver tu mierda hija— le susurró al oído a la niña —si no eres perfecta, no sirves para ser sirena y mucho menos para ser mi hija

La mujer tomó a la pequeña de la oreja y la llevo a través del jardín y los matorrales hasta llegar al cobertizo donde le lanzó una hoja y unos lápices de colores

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