magical school of monsters

capítulo 42

Sirena:las trampas ya están hechas— estiró las muñecas —¿Que piensas hacer con nuestra querida marioneta?

???:necesitó de un libro de hechizos— murmuró —pero, ¿Donde...?

Flashback hace 3000 años

—crei haberte dicho que mis cosas no se tocan— me quitó el desgastado libro

—¡hay, vamos niña!— sonreí —¿Desde cuando no confías en tu ángel guardián?

—desde que te di ese broche maldito— respondió obvia

—¡Bah!— exclamé —eres la bruja más poderosa de todos los tiempos, la más antigua y por su puesto la única con el poder suficiente como para volver a la vida las veces que le plazca, no me digas que temes al poder de ese cachivaches

—claro que si le temo, idiota— golpeó mi frente —ese "cachivache" como tú le dices, es un objeto maldito hecho con extractos magia negra pura. Nadie podría romper el encantamiento, ni siquiera yo, que soy la más poderosa bruja; podría romper el encantamiento

—asi que en pocas palabras, me diste el artefacto más poderoso de tu especie— resumí sorprendido

—no— negó rápidamente —te confíe el objeto más importante de mi familia. Ese broche a pasado de generación en generación, de bruja en bruja y a adquirido más poder del que cualquier bruja pudiera tener. Es por eso que quiero dárselo a la bruja más brillante que pueda encontrar

—¿Y cual bruja sería esa según tu?— cuestioné

—aquella que pueda romper la maldición, será la única merecedora de portar con orgullo el emblema de mi familia— respondió —pero hasta entonces, debo de proteger su poder para que no caiga en manos equivocadas— sujetó con fuerza mis manos —¿entiendes la importancia del asunto?, ¿A caso son tus manos las equivocadas Sandalfon?

—claro que no, ama— sonreí —protegeré la herencia con mi vida

—se que lo harás— suspiro aliviada —confío en ti, ángel

—¿Y qué harás con el libro?— fijé mi vista en aquella carátula algo desgastada

—pienso sellarlo en un lugar secreto, dónde solo alguien que lleve mi sangre pueda encontrarlo— tomo sus cosas

—¿Que?, ¿Alguien que lleve tu sangre?, ¿Tratas de decir algo así como un hijo o un hermano?— pregunté emocionado

—no— me dió otro golpe en la frente —no necesariamente debe ser alguien de mi linaje sanguíneo— respondió obvia —pero sí debe de tener mi bendición de sangre, solo de esa forma el libro se revelará

—¿Por qué estás esforzándote tanto por esconder estás cosas?— pregunté de forma curiosa —digo, usualmente cuando mueres solo dejas tus cosas con la persona más débil que encuentres y cuando ya has vuelto solo la matas y recuperas tus pertenencias

—esta vez quiero hacer las cosas de forma distinta— respondió fría —estoy cansada de ser la bruja temida y la odiada en todas mis vidas, primero fue Hécate, después estuvo Alice, la historia se repitió con Joan Wytte y Madame Blavatsky, estoy cansada de repetir la misma historia cada vez que vuelvo a empezar mi vida; ya no deseo lastimar a las personas, solo deseo poder vivir una vida común, tener una familia amorosa y vivir de forma feliz y tranquila aunque sea una sola vez