Family Dinner

2: La Visita.

Lo único malo de la edición del video en multimedia es que estoy más entretenida con la escena de la película que prestándole atención a la letra :v

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Las cosas en el búnker cambiaron de una mañana a otra de forma casi caótica; cuando menos pensaron se vieron rodeados de indicaciones, de productos de limpieza y comida, demasiada comida como para que sólo tres personas pudieran terminarla pero, claro, eso no era lo que importaba sino el hecho de que aquella carta que había llegado a tiempo no había sido leída cuando se debía y ahora el tiempo se les venía encima, como una cuenta regresiva sobre sus cabezas antes de que la bomba explotara.

Sam se encontraba interesado con el hecho de que hubiera más de un cielo lleno de ángeles y que hubiera más de un infierno, siempre creyó que sólo había uno pero que contenía diferentes partes, como secciones. Los círculos de Dante sin embargo Castiel le había iluminado informándole que no era así, que había varios cielos así como varios infiernos y que cada Ángel era diferente a su contrario pero, aún así, había un solo Dios, que ellos eran su mero entretenimiento.

Jack se encontraba incluso más interesado en aquello, entusiasta por conocer a aquellos que ya consideraba abuelos y preguntándole a todas horas a Cass sobre ellos, comenzando a imaginárselos en su cabeza como seres reamente indestructibles, como si fueran Cass pero con cabello de diferente color, tal vez. Para ser un chico que había perdido a su madre y había sido adoptado por tres hombres, el hecho de descubrir que tenía más familia se sentía como la mañana de navidad para un chico normal, se sentía como si de verdad perteneciera a algo después de todo.

Dean era otro asunto en aquella cuestión. Como ya sabemos, aquel cazador era rencoroso y muy difícilmente conseguías su perdón después de haberle estado ocultando cosas pero lo que tenía molesto a Dean era el hecho de que Castiel no estaba esperando ser perdonado, a Cass ya no le importaba si Dean seguía haciendo berrinche como si le hubiera ocultado algo realmente importante; le había dado su espacio alegando que si no lo quería sólo se lo dijera, Cass no iba a enojarse por eso. Dean, sin embargo, estaba molesto con la idea de Cass yéndose de su vida, se sentía triste porque a Cass nada de aquello le importaba como debería y Dean sabía que, después de todo lo que habían pasado, no podía culparlo si se había cansado de sus riñas pero...pero eso era de ellos ¿no? Las discusiones, las reconciliaciones. Era tirar una y otra vez antes de volver al otro.

Tres días después de que la carta hubiese sido leída Dean decidió que no podía seguir así con Cass así que se levantó resuelto a arreglar la situación antes de que sus suegros llegaran que, según sus cálculos, sería a la mañana siguiente.

Aquel no era un día como cualquier otro, se sentía en el ambiente pues el búnker parecía haber disminuido en temperatura al menos unos cuantos grados, Dean sentía su piel erizarse mientras la planta de sus pies iba por el suelo helado provocándole escalofríos a cada paso que daba mientras se aclimataba. Frunció el ceño envolviéndose con ambos brazos mientras veía como su aliento escapaba en una nube a través de sus labios y sus dientes amenazaban con romperse unos a otros.

En la cocina, ajeno a aquel clima invernal que había en su hogar, se encontraba Castiel intentando hornear galletas con ayuda de un libro de recetas y algunos tutoriales de YouTube; se había despojado de la gabardina y la chaqueta, arremangado las mangas de su camisa hasta los codos y revolvía con sus manos la masa en el bol intentando hacer que quedara como debía antes de colocar pequeñas bolitas en la charola.

Su padre, Azirafel, era amante de la comida, en especial de la dulce y a Cass, al ser un ángel que no se alimentaba, le resultaba casi imposible hacer algo por su propia cuenta que no fueran emparedados o comprar pie en la tienda de autoservicio pero ahí estaba, esforzándose como nunca lo había hecho para hornear galletas. Quería poner algo de él en toda esa comida, quería darles la bienvenida a sus padres después de haber permanecido alejado tanto tiempo.