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Rusia

–¡Con un carajo!– La estruendosa voz del latino era lo único que se escuchaba por la sala de reuniones. –¡Cabrón! ¡No pienso pagar tu pinche muro!– México ya estaba harto de tener que escuchar los reclamos del contrario acerca de sus inmigrantes.

La misma discusión que se había desatado en las reuniones de los últimos tres años volvió cuando el estadounidense recordó que su jefe estaba en campaña electoral y le había pedido de "favor" que, por fin, lograra convencer a su vecino del sur de que le pagara la pared que separaría a ambos países.

El mexicano no entendía en que cambiaría un muro la migración pues conocía a su gente y, si en algo se caracteririzaban era en ser realmente ingeniosos y creativos a la hora de enfrentarse a un problema que afectaría a casi toda la población.

–You, little piece of shit, just stop it already!– Mas que ira, sus palabras iban cargadas de un enorme fastidio. Sin duda, aquel tricolor era la persona más testaruda que conocía pues ese conflicto hubiese terminado desde hacía mucho de no ser por el cabeza dura del otro norteamericano.

–¡No voy a detener nada chingada madre!– El frenesí de la discusión recorría el cuerpo del águila. No pensaba cumplir con las órdenes del bruto que USA tenía como presidente, si lo hacía tal vez terminaría con esas eternas discusiones pero sus hijos, que de por sí no tenían suficiente para mantener a todos los habitantes del país, se verían severamente afectados económicamente. No estaba dispuesto a permitir el sufrimiento de los inocentes de su territorio.

La disputa seguía y, con cada palabra o comentario, se sentía como el calor de la misma y la tensión en la habitación iban en aumento.

Los países a su alrededor estaban demasiado entretenidos con el intercambio de insultos que tenía aquel peculiar par de amigos que olvidaron en dónde se encontraban.

La junta todavía no había dado inicio pues el líder de la misma no había dado señales de vida aún. ¿Quién diría que una simple conversación entre dos camaradas se transformaría de un momento a otro en aquel debate?

Un carraspeo fue lo que rompió el ambiente de exaltación que se comenzaba a sentir. México tenía su puño muy cerca de la cara del de 50 estrellas mientras éste sostenía al primero del cuello de la camisa cuando los países más cercanos a ellos los sujetaron para separarlos y llevarlos a esquinas separadas.

Este tipo de situaciones se habían vuelto bastante frecuentes por lo que no era raro que ambos países quisieran agarrarse a golpes. ONU había establecido un "plan de contingencia" que consistía en que los países que se encontraran más cerca de los dos involucrados los separaran y llevaran al latino hacia los asientos de Asia, ahí él tomaría lugar junto a Rusia pues éste era uno de los pocos países que lograba tranquilizar al más bajito; por otro lado, el canadiense se haría cargo de su hermano.

Una vez que ésto fue realizado, la organización se dirigió al frente de la sala y comenzó la asamblea con un sermón acerca del compañerismo y la resolución pacífica de conflictos. Y cómo siempre, muchos países lo ignoraron olímpicamente, entre ellos, el mexicano y el ruso.

El latino tricolor comenzó una plática con el más alto través de una hoja blanca como solían hacer los niños en las escuelas para que el profesor no los notara. Por su parte, el amante del vodka le seguía el juego al otro ya que le parecía muy divertida la manera tan curiosa que tenía de actuar el de mayor edad.

Estaban tan inmersos en esa pequeña conversación por papel que no notaron cuando ONU había finalizado la junta.

¡Vaya que tener tiempo a "solas" con el americano hacía que lo aburrido de las largas juntas desapareciera! Esos momentos con él parecían tan cortos y él necesitaba cada vez más tiempo al lado del tricolor con el águila para poder ser completamente feliz. Nunca podría cansarse de él.

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