Capitulo 1

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Cuando acaba el fuego solo quedan las cenizas, una sustancia gris producto de la combustión de algún material. Una parte puede ser expulsada al aire como humo y otra parte queda como residuo en forma de polvo depositado en el lugar donde se ha quemado el combustible. Luego los resultados obtenidos de las cenizas abren nuevas perspectivas. Entonces se descubre que la naturaleza de las cenizas varía, de manera que presentan diferentes características y esta variabilidad explica los diferentes efectos producidos.

Esta explicación acerca de las cenizas puede adaptarse perfectamente a esta historia. Incendios-divorcios, cenizas-hijos.

Cuando acabó el caos solo quedaron Julián y Minerva, un amor producto del desamor entre sus padres. Pero, a pesar de las circunstancias, sus expectativas no fueron superadas. Minerva tuvo que marcharse lejos junto a su madre y Julián quedó donde todo había empezado y terminado. Luego ninguno de los dos volvió a ser el mismo, ni sus cuerpos, ni sus ideas, ni sus sentimientos. Todo lo que antes los unía los distanció, incluso la distancia, pero no por siempre.

Como solía hacer en el pasado Minerva inició camino hacia su casa por las tranquilas veredas de su antiguo vecindario. Siempre manteniéndose del lado izquierdo y con los auriculares puestos. Su personalidad había cambiado, su cuerpo había cambiado, su forma de vestirse había cambiado, su forma de andar también, pero no sus gustos musicales. The Neighbourhood, la banda que amó en su adolescencia, seguía sonando en su vida. Su música la ayudaba. Necesitaba relajarse un rato antes de llegar a su casa y encontrarse con su padre.

Julián. Por un momento su nombre se hizo presente en su mente con fuerza y tuvo alucinaciones. Lo vio caminar en la vereda opuesta, lo escuchó cantar una canción de Led Zeppelin en voz baja, y después despareció. En su lugar una enorme sensación de angustia visitó a Minerva e hizo que sus pasos continuarán al frente.

No quería pensar en Julián, temía encontrárselo y no sabía cuál iba a ser su reacción. Tres años era mucho tiempo. Cuando se fue no prometió volver pronto, pero tampoco pensó que se iría por más de un año. Se imaginaba el dolor que le había causado a Julián y sabía que ya no merecía su amor, pero las circunstancias de la vida la habían obligado a alejarse. Ahora estaba de vuelta y constantemente se hacía las preguntas "¿Qué pasará si nos encontramos? ¿Él me seguirá amando?" Algo en el fondo de su interior respondía que sí a la segunda pregunta, pero sabía que no era bueno ilusionarse.

Llegó a destino tan rápido que se sorprendió, pensó que sería difícil encontrar la casa donde vivió toda su vida, hasta la imaginó distinta, abandonada o refaccionada, en cambio se encontraba intacta. Se detuvo a verla de frente y tuvo un déjà vu del día en que la vio parada en el mismo lugar antes de irse a New York con su madre, en ese entonces su mirada era de despedida y en esta ocasión no trasmitía más que tristeza. Tuvo ganas de llorar, sin embargo, no pudo, en el ultimo mes había llorado tanto que ya no podía.

En el momento en que Minerva atravesó la puerta escucho a dos personas discutiendo en voz alta, ambas hablaban por encima de la otra y el dialogo era indescifrable. Se quitó los auriculares y descubrió que se trataba de otra alucinación, aunque era obvio. Una de las personas que siempre participaba de las discusiones en casa ya no existía en este mundo y últimamente tenía muchas alucinaciones. Pensó que quizá se trataba de los efectos secundarios de los antidepresivos pero desconocía si era posible que tuvieran esos efectos.
Guardo el celular y los auriculares en el único bolso que llevaba con ella y se adentró en la sala. No pudo evitar observar cada detalle y se sorprendió al ver que realmente estaba todo intacto. Quizá tres años no eran mucho tiempo, pero para ella había sido toda una vida.

—Hola —una voz la hizo voltear hacia las escaleras y encontró a su padre mirándola con ojos pequeños y tristes. Un enorme nudo se formo en su garganta y no pudo ni supo qué decir. No hablaban desde hace tres años. En el último mes habían hablado por teléfono dos veces, pero no era lo mismo hacerlo cara a cara— Llegaste. —su padre volvió a hablar para romper el hielo.

Baby Came HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora