Capítulo 5

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Estacionó la motocicleta frente a la casa y se detuvó unos minutos a admirarla. Era enorme, lujosa y moderna. Sospechaba que Abigail tenía dinero porque las dos veces que la había visto iba bien vestida y tenía un auto costoso, pero no se imaginó que tanto. Pensó que seguro sus padres eran empresarios o algo por el estilo.

Minerva se acomodó el vestido que llevaba puesto y por un momento esperó que la madrastra de Abigail no fuera una conservadora que midiera el largo de su falda para interpretar su personalidad. De todos modos no era corta, le llegaba justo por encima de las rodillas.

También contemplo la posibilidad de que fuera una mujer joven. Si era su madrastra era la segunda esposa de su padre y sabía que en la mayor cantidad de casos en los que los hombres se casan por segunda vez con otra mujer es una mujer más joven que la anterior y que posiblemente primero fue su amante. Conocía varios datos similares ya que había leído mucho al respecto durante el divorcio de sus padres.

Sacudió su cabeza alejando todos esos pensamientos inútiles y caminó con seguridad hacia la puerta de la casa. Respiró profundo intentando calmar los nervios cuyo origen no entendía y desconocía, y tocó el timbre ligeramente.

Al minuto una mujer de edad no muy joven abrió la puerta y por su vestimenta supo que era empleada de la casa.

—Hola, ¿a quién buscas? —preguntó amablemente.

—Hola, soy Minerva, vine por la entrevista para niñera. —ella se expresó con dificultad y sonrió nerviosa.

—Oh, sí, pasa querida. —la mujer abrió la puerta dándole lugar para entrar y Minerva lo hizo a paso lento— Sígueme. —pidió y caminó delante guiandola.

Minerva aprovechó para observar mejor la casa, de manera disimulada, y notó que era aún más lujosa por dentro. Lo que más llamó su atención fue que no había fotografías de los dueños de casa colgadas en las paredes o en un portaretrato sobre los muebles como se acostumbra a ver, en su lugar había pinturas a las cuales les encontró similitud con las del artista Henri Matisse pero aún sabiendo poco de arte supo que eran imitaciones.

—¿Te gustan? La señora las pintó. —la mujer volvió a hablar y confirmó lo que Minerva pensaba.

—Sí, son lindas. —respondió tímidamente y continuó caminando hasta que entraron en una amplia sala de estar.

—Ella estará contigo en unos minutos, puedes esperarla aquí. —nuevamente la mujer se refirió a la madrastra de Abigail y salió de la sala dejando a Minerva sola.

Parada junto a un sofá recorrió la sala con sus ojos hasta detenerse en una fotografía ubicada en un mueble del otro lado de la habitación y el hecho de creer estar viendo rostros conocidos hizo que se acercará procurando que nadie estuviera viéndola.

Una vez frente a la fotografía confirmó lo que temía y su boca cayó de asombro. Lo que veía le parecía retorcido y no podía creer que Julián formará parte de algo así.

En la fotografía podía verse a Carla, la madre de Julián, y a Jeremy, quién había sido su amante y ahora sabía que era el padre de Abigail, en su boda. Sus hijos los acompañaban y Carla mostraba su crecido vientre del que meses después nacería el pequeño Jordi.

Si al regresar le había sorprendido que Julián tuviera novia ahora no podía explicar lo que sentía al saber que ella era la hija del hombre que fue amante de su madre, y que ambos compartían un medio hermano.

—¿Linda fotografía, no? —escuchó una voz conocida hablar detrás suyo.

No le parecería linda, además de las relaciones horribles le parecía pésimo encontrar felicidad en el rostro de cada integrante excepto en el de Julián cuya expresión era triste.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2022 ⏰

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