Capítulo 4

33 3 0
                                    

Julián daba vueltas en la cama y aunque quería dormir no podía. Sus pensamientos no lo dejaban en paz. Debía preocuparse por encontrar un empleo o hacer que su jefe lo perdonará, pero todo le daba igual. Desde que Minerva había vuelto ella era lo único que le importaba.

Lo que tanto deseaba había estado a punto de suceder, estuvo a milímetros de sus labios y todo quedó atrás para dar lugar a lo que temía que sucediera con la aparición de Abigail.

Recordó lo que su novia había dicho la noche anterior y admitió que fue muy cruel, y en parte real, pero Minerva no tenía la culpa. El único culpable en haberse convertido en la persona que Abigail describió era él mismo. Lo sabía y no pretendía hacer nada al respecto, hace tiempo que todo le daba igual.

Poco a poco comenzó a conciliar el sueño nuevamente y de repente el timbre de la casa lo despertó. Maldijo en voz baja y tomó su celular para observar en el reloj que era muy temprano. En ese mismo instante una llamada de Abigail entró y se vio obligado a atender.

—Estoy en la puerta.—ella habló rápidamente sin darle tiempo a soltar palabra alguna.

Julián no respondió, cortó la llamada y saltó de la cama para bajar a abrir. No quería verla ni hablar con ella pero no podía ignorarla, en caso de hacerlo insistiría en la puerta y haría un escándalo hasta verlo.

Apenas llegó a la puerta abrió y se hizo a un lado para dejarla pasar, conociendo su costumbre de actuar como dueña de casa, luego cerró la puerta y camino detrás suyo.

—Hola, buen día. —Abigail saludo y se inclinó a besar sus labios.

A Julián le sorprendió que se encontrará tan tranquila después de lo sucedido, él no podía olvidarlo ni hacer desaparecer su enojo por lo que no siguió el beso y se alejó para terminarlo.

—Hola. —saludo tajante y dejando ver en su tono de voz que estaba de mal humor.

—Estuve toda la noche esperando que me llamarás o escribieras para disculparte, pero como sé que te cuesta hacerlo, decidí olvidar lo que sucedió y dejar mi enojo a un lado. —ella lo ignoró y comenzó a hablar rápido y fluido.

En su mente Julián pensaba en responderle que no tenía derecho a estar enojada porque su actitud había sido muy mala, y que él si estaba enojado, pero como siempre guardaba silencio porque con Abigail no se podía hablar.

—¿Ella está aquí? —preguntó tomándolo por sorpresa.

—Si te refieres a Minerva por supuesto que no —Julián negó de inmediato—, ella y yo sólo somos amigos, anoche vino a charlar y se fue detrás de ti. —evitó soltar quejas sobre la escena de celos.

—Sabes que me encantas en ropa interior pero debes subir y vestirte, te llevaré a una entrevista de trabajo. —por segunda vez Abigail ignoró sus comentarios y comenzó a dar órdenes.

—No, iré a hablar con Matt. —él habló refiriéndose a su jefe o ex jefe.

—Ya lo intenté y no hay remedio, él dice que te aprecia y por eso te despidió para darte un lección y que aprendas a afrontar las consecuencias que traen tus comportamientos y así te des cuenta de que necesitas cambiar. —ella repitió textualmente lo que había hablado con el jefe de su novio, dándole un tono más dramático por su forma de hablar.

—Yo intentaré convencerlo. —Julián insistió porque ya se imaginaba las entrevistas a las que ella quería llevarlo y eran lugares elegantes donde no se veía trabajando.

—No lo harás, en serio yo lo intenté muchísimo y no pude conseguirlo. —Abigail confesó y ante sus palabras él supo que en verdad sería difícil, ella solía convencer y persuadir a todo mundo— Además puedes conseguir algo mejor que un empleo en el que vives manchado con grasa negra. —agregó despectivamente.

Baby Came HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora