Una escoria de la sociedad podría definirse fácilmente como una persona despreciable, inútil, y que es fácilmente desechable. Partiendo de ello, se podría decir que amarte me llevó a ser una escoria más que la sociedad no necesitaba.
Un día hace mu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Supongo que has visto muchas veces el cielo nocturno; la oscuridad siendo acompañada por miles de millones de puntitos que son estrellas, pero que desde nuestros casi ciegos ojos son como salpicadura de glitter. Podrá sonar estúpido, incluso me resulta mortificante el tener que reconocer que en aquel entonces siempre te comparaba constantemente con bellezas astronómicas, que por cierto, no tiene punto de comparación ahora. Pese a ello, debo aceptar que solo bastó que posaras tus ojos oscuros en mí una única vez, para comenzar a compararlos con ese cielo estrellado que miraba cada noche.
¿Absurdo? En aquel entonces, no lo era en lo absoluto.
Tenías los ojos más preciosos que yo pude haber visto; redondeados, brillosos, con aquellas pestañas largas que revoloteaban cada vez que parpadeabas; transmitiendo de una manera inexplicable una inocencia que claramente no poseías.
Siempre leí que los ojos de las personas nunca mienten... Supongo que tú eras la única excepción.
