Una escoria de la sociedad podría definirse fácilmente como una persona despreciable, inútil, y que es fácilmente desechable. Partiendo de ello, se podría decir que amarte me llevó a ser una escoria más que la sociedad no necesitaba.
Un día hace mu...
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A pesar de comprender que ya no me querías tanto como en un principio, me dolió de una manera inexplicable que de un momento a otro tus manos dejaran de acariciarme. Que comenzaras a ignorar que me desnudaba frente a ti, o que simplemente perdieras el interés de hacerme el amor.
Comencé a cuestionarme: ¿Qué hice mal? ¿Qué fue lo que hice que no le agradó hasta el grado de evitarme sexualmente?
No era mi culpa, obviamente, solamente eras tú mostrando tu verdadera naturaleza. Por eso no me extrañó demasiado que tus sonrisas también dejaran de brillar frente a mí, y que en cambio, solo discusiones fuera lo que llenara nuestros alargados silencios.
Rápidamente me comencé a cohibir de exponer cualquier idea que pasara por mi cabeza, al tener miedo de molestarte y que me llamaras de forma poca agradable. Me dolía que dijeras que era un estúpido y que insinuaras que era poco inteligente.
