Siento el pecho que se aprieta a cada segundo el tum tum se hace más y más audible, resuena en todo el pasillo. El aire se hace cada vez más espeso, irrespirable, me ahoga. Tu último mensaje lo leo y releo sin creerlo, lo siento mentira algo tan importante en mi vida como tu presencia no puede desvanecerse tan fácil, tan rápido, tan de repente.
¡Te odio! Si, como leíste ¡te odio! Todo este momento es tu culpa siento el aire irse de mí y te hago responsable de esto.
No tenías derecho a no llegar al altar y dejarme parada vestida de novia. No vas a obligarme a ponerme otro vestido, uno con menos volumen, sin tul, sin flores blancas y sin velo. No quiero cambiar este corset blanco, lo quiero usar en la otra habitación. Frente al Pastor, a nuestras familias, amigos y a los que se colaron en la fiesta.
Pero ya está, debo dejar de llorar y buscar un vestido adecuado. Uno que combine con ese mensaje y con la situación.
"Acabó de encontrar este teléfono, atropelle y maté al dueño. Lo lamentó."
Mi vestido negro va perfecto con mis ojeras y mi semblante. Odio que te hayas ido, amo que hayas estado conmigo. Hasta luego amor mío.
