Prólogo

680 31 0
                                    

En el bosque encantado hace mucho tiempo...

- Volveremos pronto pequeña. - mi hermano mayor, Killian, se acercó besando mi frente con delicadeza, y a continuación me abrazó.

Él y mi otro hermano, Liam, poseían un barco gracias al cual podíamos salir adelante trabajando para el rey. Solo podía contar con ellos dos ya que nuestros padres fallecieron antaño.
Mis hermanos me cuidaban siempre y se aseguraban de que no me faltase de nada, pero también era duro para mí ya que ellos pasaban la mayor parte del tiempo en ese barco viajando para poder mantenernos mientras yo me quedaba a cargo de unos viejos amigos.

- Quiero ir con vosotros, no me dejéis aquí. - supliqué sabiendo que no serviría de nada.

Killian me miró con ternura. - Ya sabes que es demasiado peligroso pequeña, debes quedarte aquí. - intentó sonreír para darme fuerzas, pero a veces era más duro para él que para mi. - Estaremos de vuelta antes de que te des cuenta. -

Liam apareció tras él. - Ya está todo listo, debemos irnos. - Liam era más estricto ya que era el mayor y sentía que toda la responsabilidad recaía sobre él.

Me abrazó con fuerza y me hizo saber que todo iría bien. - Cuídate Gwenny. - observé cómo subía al barco sintiendo un nudo en la garganta. Después de tantas veces debería estar acostumbrada a las despedidas, pero no lo estaba y nunca lo estaría.

Killian volvió a acercarse a mí y me entregó una pulsera de cuero algo desgastada que siempre llevaba puesta. - Toma, quédatela como promesa de que volveremos pronto. -

Le sonreí y abrazé con fuerza sabiendo que esa pulsera significa mucho para él ya que fue un regalo de mis padres. - Gracias. - dije intentando que mi voz no temblase.

- Te quiero, Gwen. ¡Nos vemos pronto! - subió al barco y vi como este desaparecía poco a poco en el horizonte.

——————

Me desperté en una colina poblada por un frondoso bosque que no conocía y era realmente siniestro, sin embargo no me sentía asustada. - ¿Hola? ¿Hay alguien? -

- Vaya, parece que tenemos un nuevo recién llegado por aquí. - me sobresalté tras oír una voz a mi espalda. - Bienvenida a Nunca Jamás.

- ¿Quién eres? - era un chico bastante mayor que yo, y en sus ojos solo pude ver oscuridad. Pero por algún motivo seguía sin tener miedo.

Se acercó a mí poco a poco con una sonrisa algo siniestra. - Todo a su debido tiempo, pequeña. Dime, ¿cómo te llamas? -

- Me llamo Gwendolyn, pero me puedes llamar Gwen, y tengo 5 años. - respondí orgullosa mirándolo a los ojos.

Por un segundo, la oscuridad en sus ojos desapareció y esa siniestra sonrisa también. - ¿Por qué estás aquí? -

Me encogí de hombros. - No sé ni si quiera dónde estoy, ni cómo he llegado. -
Observé a mi alrededor cuidadosamente y pude ver un acantilado que desembocaba en el mar entre los árboles. Este sitio no daba tanto miedo después de todo - ¡Vaya, que bonito! ¿Crees que podría quedarme un poco y explorar todo esto? - volví a mirar al chico con emocionada.

Él sacudió su cabeza, parecía algo confuso. - Si estás aquí es porque algo malo te ha pasado... te sientes sola y perdida, ¿no es así? -

Asentí ligeramente, y noté el nudo en la garganta de nuevo. Acaricié la pulsera de cuero en mi muñeca.

El chico suspiró profundamente. - Escúchame con atención pequeña, debes mantener la esperanza, ¿de acuerdo? Alguien volverá a por ti y dejarás de sentirte así, pero no debes perder la fe. -

- ¿Co... Cómo lo sabes? - dije intentando aguantar las lágrimas que amenazaba con salir de un momento a otro.

- Tienes que confiar en mí, te prometo que volverán pronto. Esto es lo que vamos a hacer, túmbate de nuevo en la hierba y vuelve a dormir, cuando despiertes volverás a tu hogar. -

- Pero todavía no quiero volver. - supliqué.

- Haz lo que te digo antes de que cambie de opinión. - y tan pronto como desapareció, la oscuridad de sus ojos había vuelto. - Y espero no volver a verte por aquí. -

Esta vez asentí sin decir una palabra. Volví al sitio donde me había despertado y cuando me giré, el chico había desaparecido. Me tumbé en la hierba e hice lo que me había dicho.

A la mañana siguiente...

Desperté sobresaltada en mi cama. - ¿Killian? - no hubo respuesta.

No recordaba exactamente qué había soñado la noche anterior, pero por algún motivo pensé que mis hermanos podrían estar de vuelta. Habían pasado 4 meses y ya deberían haber vuelto.

Recorrí toda la casa pero no había nadie.
Entonces oí un ruido en la puerta. - ¿Liam? ¿Killian? - corrí hasta allí lo más rápido que pude.

- ¿Gwendolyn? - Marie, nuestra vecina apareció por la puerta con una cesta que contenía algunos alimentos. - Traigo algunas de las cosas que me pediste ayer. ¿Estás bien? -

Asentí ligeramente sintiendo como toda esa esperanza se desvanecía. - Solo pensé que... -

- ¿Que ellos había vuelto? - Marie terminó mi frase. - No pierdas la esperanza pequeña, nunca se sabe. - me sonrió cálidamente.

Cuando pronunció esa frase, un pequeño flashback vino a mi cabeza. - "Mantén la esperanza, no pierdas la fe" - un chico moreno con ojos verdes repetía esa frase una y otra vez en mi cabeza.

Suspiré profundamente y sonreí con valentía. - No lo haré. -

Segunda Estrella A La Derecha (Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora