Capítulo 6. "Se acerca la tormenta, no te asustes"

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Los días de la semana pasan lentos, o quizá demasiado deprisa. Es difícil saberlo cuando vives en una imagen congelada todo el tiempo, una y otra vez, las mismas emociones, los mismos pensamientos, la misma mierda de siempre en un día distinto.
Llevo tantos días sin hablar con alguien que sino fuera porque canto en la ducha como un gatito muriendo no recordaría cómo es mi voz. Apenas he recibido un par de mensajes de mi hermano, esta vez ni siquiera una llamada de Susan intentando venderme un seguro de vida. No voy a mentir, cada vez que me llama la escucho unos segundos antes de colgarla para recordar lo que se siente cuando alguien te habla.

Jueves por la mañana. Estoy despertando poco a poco pero no consigo mover mi cuerpo. No sé si estoy dormida o despierta realmente pero soy consciente de la situación. Mi cuerpo no responde cuando intento moverme, intento gritar con todas mis fuerzas y ni un hilo de voz sale de mi boca. La sensación de miedo y agobio invade cada centímetro de mi cuerpo. Con todas mis fuerzas sigo intentando gritar y levantarme sin ningún resultado. Cuando por fin lo consigo, me sobresalto a mí misma al despertarme gritando, mi cara húmeda por las lágrimas y la sensación de miedo que se va desvaneciendo. Sólo ha sido una pesadilla, una bastante real, que apesar de estar acostumbrada, no deja de ser aterrador sentirte atrapada en tu propio cuerpo.
De reojo veo como la luz de mi teléfono se enciende, lo cual me sorprende porque no espero un mensaje de mi hermano tan pronto.

"@joanannebr: tienes un seguidor nuevo" -Anuncia una notificación de Instagram.
Enseguida me veo a mirar si no ha sido un error, pero un tal "Connor C." me ha seguido. Tras mirar sus fotos, logro reconocer al tipo que se sentó conmigo el otro día en la cafetería, ¿cómo me habrá encontrado? Sus fotos son muy bonitas, en la mayoría muestra su gran sonrisa, su buen gusto por las camisas hawaianas y todo tiene un color muy vivo, agradable a la vista. Parece un chico muy agradable como ya creía, y también parece tener muchos amigos, no sólo por los seguidores que tiene sino por sus fotos con otras personas pasándoselo en grande, o los miles de comentarios adorables que tiene. Le sigo de vuelta, cómo no iba a hacerlo si nadie se había dirigido voluntariamente hacia mí en mucho tiempo, y me levanto de la cama, iniciando la rutina de cada día.

Vale, admito que no soy una persona de por sí... agradable, pero hoy estoy especialmente de un humor de perros, ya sea porque mi estómago lleva horas completamente vacío y el hambre no es precisamente algo que lleve bien, porque tenga un aspecto horrible un día más, por tener que despertarme temprano o por la bronca de mi hermano por no mensajearle a menudo justo antes de salir de casa.
El portazo de siempre a mi querida camioneta justo después de bajarme y ahí vamos de nuevo, encaminándome hacia la entrada de la universidad.
Pese a estar bastante agresiva de buena mañana, sé que en cualquier momento puedo pasar a la desgraciada más sensible de todas en un segundo, como de un tigre a un gatito dolido y soy consciente de ello.
Mientras camino entre los coches dirigiéndome hacia la entrada del edificio, vibra mi móvil repetidas veces desde mi bolso. Una llamada de Ethan.
-Hey... -Respondo descolgándome el teléfono. Seguramente quiera seguir echándome la bronca como hizo antes y realmente no tengo la fuerza necesaria ahora mismo para aguantarlo.
-Quiero que sepas que lo único que quiero es protegerte, lo sabes, ¿verdad? -Como siempre, después de ser demasiado duro conmigo, se arrepiente y me habla para solucionarlo. No puede esperar un solo día sin arreglar las cosas, creo que piensa que desapareceré o me perderá si no se disculpa a tiempo, lo cual no es cierto.
-Lo sé, Ethan. -Sólo el hecho de hablar ya me forma un nudo en la garganta, mi nivel de sensibilidad hoy está por las nubes, y si no cuelgo rápido tendré un problema antes de entrar a clase.
-Sólo te pido que me mandes un mensaje de vez en cuando para saber si estás... -Se corta a sí mismo antes de decir "viva", pero comprendo qué es lo que quiere decir.
-Viva, lo sé, te lo prometo. -Lo único que quiero es acabar con esto cuanto antes, ni siquiera es tan grave. Aunque siempre hemos sido bastante cercanos, ni siquiera cuando vivíamos juntos hablábamos tanto en el día a día aunque supongo que teniéndome lejos, se preocupa más porque no puede protegerme.
-Intento protegerte Joana pero tienes que dejarme hacerlo. Mamá y papá también están preocupados porque hace semanas que no les hablas. -Es cierto que casi no hablo con ellos, pero tampoco ellos hacen un gran esfuerzo por saber de mí, simplemente dejan que Ethan se encargue de todo. Creo que ya me han dado por perdida.
-Otra vez no por favor... -Adoro a mis padres, y por supuesto que les hecho de menos aunque no les hable tan a menudo. Si ya estaba sensible, el tema comienza a removerme todo por dentro, crece el nudo en la garganta y siento como mis ojos se empiezan a humederse. No puede pasarme esto ahora.
-Lo siento pero sabes que te queremos y aunque duela, tenemos que hablar las cosas, ¿de acuerdo?
-Vale... -Respondo apenas con un hilo de voz. El nudo es tan fuerte que incluso hace que mi voz suene diferente.
-¿Has ido a clase? -Parece que nota el cambio en mi voz porque enseguida cambia el tema de conversación.
-Sí, estoy entrando... -Agradezco que lo haga, aunque quiero finalizar la conversación porque me voy a poner a llorar en cualquier segundo.
-Hazlo bien ¿vale?, confiamos en ti, te decimos las cosas así porque te queremos, espero que lo sepas. -Ojalá pudiera gritarle ahora mismo que no siguiera hablando, pero sé que lo que me dice lo dice porque lo siente, tampoco puedo culparle porque hoy esté más sensible que de costumbre.
-Te tengo que colgar Ethan...
-Bien. Te quiero peque. -Siempre sabe cómo arreglar cada situación, incluso siendo un poco duro a veces, pero comprende que necesito cortar y no se opone. Una vez más, sus "te quiero" me calman, son mi único lugar seguro. Desearía poder decirle te quiero tan fácilmente pero a mí no me sale así ni siquiera con él que es la persona que más quiero, no porque no lo sienta, sino porque no puedo hacerlo, con nadie.
Sonrío y suspiro, sé que no me habrá podido escuchar pero cuelgo el móvil. Una lágrima cae de golpe por mi rostro sin darme cuenta y la limpio rápidamente porque estoy a unos pasos de entrar por el edificio. Tomo una larga respiración en un pobre intento para frenar mis emociones y me encamino a mi taquilla.
Justo antes de alcanzarla, Shelley, Noah y Thalía están reunidas, hablando, y sin quererlo escucho la conversación que mantienen.
-A mí tampoco, ¿creéis que tiene algún problema? -Dice Thalía.
-Es que es un poco rara, parece que vive en una burbuja. -Dice Shelley, lo que provoca las risas de las tres.
Nunca, JAMÁS pensaría que alguien está dedicando su tiempo en hablar sobre mí, ni bien ni mal porque no soy para nada relevante, pero entiendo que la conversación es sobre mí cuando me ven y paran la conversación en seco. Sus caras de asombro difíciles de ocultar se muestran, incluso Noah le da un pequeño golpe a Shelley después de esto. Me miran igual que yo las miro a ellas pero no dicen ni una palabra, ahora sí se han quedado sin ellas.
Sin previo aviso, una lágrima recorre mi rostro nuevamente, seguramente parezco patética ahora mismo delante de ellas. Thalía abre la boca para decir algo pero sigo mi camino, sin darle tiempo a hacerlo. Paso mi taquilla de largo, que estaba justo al lado de ellas, mi idea no es coger mis cosas, ni ir a clase, simplemente empiezo a caminar, cada vez más deprisa, sin rumbo por este largo pasillo. Escucho mi nombre lejano a mis espaldas, seguramente de Shelley pero no me paro ni me giro. Estoy al límite de perder el control y todo lo que puedo hacer es acelerar mi paso hacia ningún lado, intento con todas mis fuerzas retener mis lágrimas y secarlas con mis mangas cuando es muy tarde para eso pero brotan descontroladas de mis ojos. ¿Por qué he tenido que oir eso? ¿Por qué justo hoy? Sabía que era la menos importante del grupo pero ¿por qué alguien podría hablar así de una persona que no tiene a nadie más que a ti en este lugar? Estoy empezando a hiperventilar, no tengo un plan o un destino, me abro paso entre la gente, lo último que pretendo ahora es atraer la atención de nadie pero soy consciente de que es lo que está pasando y no puedo estar más avergonzada conmigo misma. Mi corazón va tan deprisa y mi respiración cada vez más fuerte que siento que me puedo desvanecer en cualquier momento, estoy sollozando pero ya no intento secarme las lágrimas con mis mangas sino taparme la boca para no emitir ningún sonido y no hacer esto aún peor.
Siento mi corazón romperse en pedazos ya no simplemente por esto sino por cada pequeña cosa que no está bien en mi vida, y me pregunto a mí misma, ¿cuál es mi propósito en la vida? No creo en Dios específicamente, pero sí me pregunto: ¿por qué he nacido si no había un motivo para mí? ¿no tendría más sentido si simplemente no existiera?
Choco en ese momento contra alguien, o más bien soy arropada por los brazos de una persona. Aprieta sus brazos alrededor mío, acariciándome el pelo, tranquilizándome. Inspiro su dulce aroma, no dice una palabra, sólo dice "shhh" cuando rompo en un llanto descontrolado para tratar de calmarme. Poco a poco, dejo de hiperventilar, también de sollozar, mis lágrimas cesan, pero no me muevo, porque necesitaba esto, porque hacía mucho tiempo que nadie me tomaba en sus brazos para protegerme.
No sé quién es la persona que me arropa, tampoco alzo la mirada para verla ni me pregunto quién es, sólo me quedo quieta, viviendo los breves segundos que quedarán grabados en mí para siempre y que jamás seré capaz de agradecer.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2019 ⏰

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