Enfermo. [Bakutodo]

2: Visitas agridulces.

—¡Todoroki-San!¡Le he traído una sopa caliente, a mi siempre me ayuda en el resfriado!

—Gracias Yaomomo, pero no era necesario.

—No diga eso, cuente con mi cuidado.

Estar enfermo hacía que la gente le diera más atención de lo normal, podía llegar a ser molesto, más cuando estaba tan impaciente por la visita de Katsuki, que había mencionado Midoriya.

Se le cortó la respiración al mirar su siguiente visita, tuvo que toser un poco, se había atragantado.

— ¡Bro!¡Todoroki, te ves fatal! Te trajimos algo para que te sientas mejor.

El sólo estaba cruzado de brazos recostado en el marco de la puerta.

— B-buenas Tardes Kirishima, Bakugo. No era necesario.

Trató de guardar sus nervios, pero se podía ver el sudor en su rostro y un claro rubor en tus mejillas.

— Bakubro, ¡dile algo a Todoroki!

— Todos son unos idiotas, el bastardo no se va a morir por tener un estúpido resfriado, paren de joder.

— ¡Oye!

Se fue, no sin antes mirar de reojo la roja cara del bicolor.

— Bueno, espero te mejores bro, disculpa a Bakugo, toma.

— No te preocupes, m-muchas gracias, nos vemos.

Podía sentir como estaba humeando por su lado derecho, la visita del joven había empeorado su condición de Adolescente Enamorado, demonios.

Se fijo en que le habían dado, era un plato de estofado, soltaba un olor embriagante, a comer se ha dicho.

La tarde se hacia eterna, debía buscar una manera de decir que no estaba enfermo, que lo dejaran ir a estudiar, ya había descansado suficiente, quería entrenar.

— Todoroki-kun, te traje un té de limón, en cuanto te tomes esto ¡Seguro te mejora un montón!

— Gracias Midoriya...

Dio un sorbo de te y automáticamente empezó a atragantarse por el sabor de este.

— ¡Todoroki-kun!¿¡Pasa algo?!

— Esto... Tiene demasiado limón, ¿Cuanta agua le pusiste?

— ¿Agua? Pensé que se exprimían los limones en la taza y se les ponía azúcar.

Con razón.

— No pasa nada, digo, solo hay que ponerle algo de agua, yo lo hago.

— Todoroki-kun... No debería levantarse descalzo, va a empeorar...

— No, enserio no pasa nada, ya me siento mucho mejor.

Salió como si nada, con su pijama de gatos hasta la cocina que compartían las habitaciones.