Enfermo. [Bakutodo]

11: Maestros Espía.

Todoroki despertó con cierta lentitud de su cama, y se acomodó cerca del borde para mirar la hora en su teléfono, que se encontraba en la mesilla de luz.

— Son las seis de la tarde.. mhn ...¿Eso realmente pasó?

— Sí, si paso.

Cayó de golpe, quedó arrodillándose, protegido por la misma cama.

— ¿K-katsuki?

— No. Soy un estúpido con pelo Verde que te trajo té hecho enteramente de un limón, ¿No te jode?

Tapó su boca, reírse sería ser muy cruel con el pobre Midoriya.

— Cómo sea, ahora que vi que no te moriste o algo, me puedo ir, pero antes...

Quedó con la mano en la perilla de la puerta.

— ¿S-si?

— Cambiate porque te voy a llevar a cenar.

Se quedó plasmado en el lugar por un tiempo, mientras el mismo agarraba lentamente su mejilla notando lo cálida que estaba.

— D-de acuerdo.

Se fue y en el instante en que la puerta se cerró, Shoto se tiro en el suelo a reflexionar que era lo que acababa de pasar.

Bakugo caminaba con las manos en sus bolsillos, con las típicas ganas de matar a todo el que se metiera en su camino.

— ¡Kacchan!

Oyó unos pequeños pasos apurados que lo hicieron gruñir de molestia, estos ahora estaban detrás de él.

— ¿Qué mierda quieres? No molestes.

— Por favor Kacchan, te ruego que me escuches.

Katsuki se paró en el lugar y se dio la vuelta.

— Habla, no tengo todo el día.

— ¿Qué le pasó a Todoroki-kun?

— No le pasó nada, esta bien, ¿Eso es todo?

Miró los impacientes ojos carmín, que  miraban con molestia toda la presencia de Izuku. Este lo miró decidido, pensando en todo lo que había pasado anteriormente, un pequeño nudo estaba en su garganta.

— Gracias y... Lo siento.

Katsuki lo miró confundido,

— ¿Y ahora porqué lo sientes? Lo único que haces es existir y de por si ya es bastante molesto.

— B-bueno... Lo que te dije el otro día Kacchan... No... No es verdad.

Se fijó en la arrepentida expresión de Midoriya, resoplando tras pasar unos segundos