Estaba teniendo un día bastante tranquilo, la cafetería no estaba tan llena como en otros días de la semana, además, Suga vino para almorzar conmigo diciendo que necesitaba un poco de distracción lo más rápido que pudiera, así que conversamos un poco sobre una futura fiesta que haria Ken para celebrar su cumpleaños, pero, a pesar de lo bueno que estaba siendo el día, aun seguía preocupado por Kook, se fue y no dijo a dónde iría, ni con quien, lo llamó, pero no me contesta y no se ya que más hacer.
Estaba atendiendo una mesa de un grupo de compañeras de la universidad, cuando escuche sonar la campanilla de la entrada, la cual daba aviso que un nuevo cliente entraba, no le preste mucha atención ya que alguno de mis compañeros que estaban un poco menos atareados podía atenderlo, pero mi tranquilidad no duró mucho, ya que escuche un voz que podía reconocer a kilómetros, así que, me di la vuelta y pude ver a Namjoon con otro chico. Al principio lo ignore por completo, pero mientras seguía atendiendo a mis compañeras, sentía una mirada en mi espalda, así que, mire de reojo y note que era él.
Cuando termine de atenderlas, me dirigí de nuevo al mostrador y uno de mis compañeros se me acercó para pedirme si podía atender una mesa y justo, era la mesa de Namjoon. Al comienzo me negué, pero, luego tuve que aceptar por las malas, tomé mi libreta y me encamine a su mesa.
-Jin: Bienvenidos, que les puedo traer en la tarde de hoy? - dije mientras trata de sonreír y sacaba mi libreta -.
-Namjoon: Hola Jin, pensé que no vendrías a saludarme al menos, gracias por tu bienvenida, ehhhh... yo quiero un frappuccino de vainilla con arequipe -dijo con una sonrisa en su cara, como lo odio, cómo es posible que venga acá y con otro chico? -.
-Jin: calmate un poco, solo he venido a atenderlos porque tengo compañeros ocupados - que frustrante es esto -de acuerdo, te traigo tu pedido en un momento, y tu, que deseas? -dije mientras miraba al otro chico -.
-Chico: yo solo quiero un americano con un rollo de canela -debería de empezar a calmarme un poco, el chico no tiene la culpa de conocer a este pendejo- y muchas gracias -ese chico es muy simpático y tiene linda sonrisa-.
-Jin: es un gusto, volveré en un momento con su pedido.
Luego regresé al mostrador, pase la orden y espere por unos minutos, cuando todo estuvo listo, regrese a la mesa, les pase lo que habían ordenado y con un "que lo disfruten" me retiré sin decir más. Después de una media hora, pude ver que el chico que venía con Namjoon se fue, pero él seguía ahí, así que tome un poco de valor y saque un poco de mi orgullo y me acerque de nuevo a él.
-Jin: oye... Mmm... necesito hacerte una pregunta
-Namjoon: puedes hacerme todas las que quieras, ademas hace rato no te veía, no te gustaria salir a comer algo después de que termines de trabajar? -Wow! Este chico anda rapido-.
-Jin: qué rayos Namjoon? Luego del susto de infarto que me causaron tu y Kook, crees que querré salir contigo? -hubo un silencio, a lo que me mordí un poco el labio para callarme -hablando de Kookie... tu, de casualidad... No lo has visto?
-Namjoon: lo decía, porque justamente quería pedirte una disculpa por lo que pasó, lo lamento, lo menos que quiero es que te preocupes o estés mal, pero te pido que aceptes mi invitación y pues, con respecto a Jungkook, él me pidió que le diera el sábado libre para salir... bueno, Taehyung me dijo que si podía permitírselo, que él me pagaba su reemplazo, así que dije que si, no le vi nada de malo, porque? Pense que sabias...
-Jin: Taehyung? Quien rayos es ese tipo? No, Jungkook salió, mejor dicho, se voló de la casa y dijo que iría con amigo, más no sabía ni para dónde ni con quién, y desde el sábado que se fue tiene el teléfono apagado y me preocupa que le haya pasado algo... Y si ese tipo le hizo algo? No soportaría que le hicieran algo a Kookie -estaba a punto de levantarme de la mesa y comenzar a dar vueltas como un loco por la desesperación, pero Nam me coge del brazo y evita que lo haga -.
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Sentimientos de tiempo completo
FanfictionTras años de vivir vidas sin sentido, debido a la dedicación de sus trabajos, para su suerte o sus desgracias, regresan recuerdos que tiene nombres y apellidos, que pensaban se había olvidado y gracias a ello, vuelven las ansias de vivir al limite.