Bad Little Boy (SeSoo)

I

KyungSoo se removió en la cama con emoción, ya que iniciaba el ultimo año de escuela media. Sonrió recordando que el próximo ya estaría en la universidad.

Quizás iría a la misma universidad con JongIn y, eso era algo que le emocionaba mucho, ambos habían planeado esto al rededor de ocho años, más o menos lo que llevaban de mejores amigos.

Ha decir verdad se habían conocido cuando tenían diez años. Cuando KyungSoo llego a vivir en la casa de a lado de la de JongIn; aunque sus Madres habían sido mejores amigas desde la niñez, solo hasta ese entonces ellos se conocieron. KyungSoo siempre fue de un tanto introvertido, muy al contrario de JongIn. El moreno recuerda haberse acercado a KyungSoo por petición de su Madre, y que parecía ser solotario. SoYeon veía en KyungSoo los ojos de su querida amiga Yoona; también es se había dado cuenta que YunHo no le prestaba atención suficiente a KyungSoo y parecía ser que la servidumbre estaban más al tanto de él. Cuando SoYeon dejó entrar a KyungSoo en su familia lo empezó a querer como un hijo. Esperaba que con el tiempo la amistad de JongIn y KyungSoo se fuera haciendo más grande para que terminaran enamorado y con una relación más formal.

JongIn sólo había tardado un año en ganarse la absoluta confianza de KyungSoo y hacérce su mejor amigo. Y es que KyungSoo era precioso, con sus ojos enormes y su piel tan blanca como la porcelana. Nadie dudaba que fuera hermoso, nadie, sólo él; ya que KyungSoo no creía que fuera ni siquiera lindo. Se veía sin chiste y sin gracia, aunque SoYeon se cansara de repetirle lo lindo que era, él no se lo creía. Nunca creyó ser suficiente para nadie.

Después de un tiempo KyungSoo supo que sentía una atracción hacia su mejor amigo, pero jamás imagino que esa atracción fuera más allá de la amistad. El sentir celos al verlos con alguien más jamás lo sintió hasta que alguien más llego. Y este sería el año en que los sentiría.

Experimentaría lo que sería tener el corazón roto cuando lo hicieran aún lado.

— ¡Buenos días! —exclamo JongIn mientras pasaba un brazo por los hombros de KyungSoo. Ya era costumbre que como cada mañana JongIn lo estaba esperando afuera de su casa.

— ¡JongIn! —sonrió KyungSoo mientras cerraba la puerta de la entrada de su casa.

— ¿Como dormiste hoy? —preguntó—. Antes de dormirme vi que tu luz aún seguía prendida —continuo JongIn. Sus habitaciones quedaban una frente a la otra, así que siempre estaba al tanto de lo que estaban haciendo.

—No dormí tan tarde —respondió el más bajo—. Es sólo que estaba alistando mis cosas para hoy.

— Como sea, sube al auto — le ordeno JongIn mientras abría la puerta, para después darle indicaciones a su chofer de llevarlos a la escuela.

En el camino iban charlando de las cosas que harían este año, ya que era último de la escuela media y lo usarían para dedicarse hacer en todo lo que les gustaba. El próximo entrarían ocupados iniciando la universidad. JongIn por ahora estaba en el club de danza y KyungSoo en el de canto.

El Padre de JongIn era un líder político muy influyente, y su madre, SoYeon, era diseñadora y tenia una cadena de tiendas repartidas en Corea, China, Japon, HongKong y Singapur; JongIn sería el heredero de todo. JongIn siempre supo que su amor por la danza nunca sería nada serio, lo amaba pero sabía que su deber algún día sería ser la cabeza de familia. Aunque SoYeon sabía que su hijo amaba la danza y por eso desde pequeño siempre lo apoyó para que lo aprovechara la más que pudiera. Aunque para Jongin el amor por la danza era sólo un hobbie.

Al contrario de su amigo, KyungSoo sabía que podía hacer lo que quisiera, siempre y cuando no afectaran los planes que su Padre tenía con respecto a su futuro. Su familia tenía una galería de arte muy importante, eso sin mencionar que su Padre era accionista en varios lados. KyungSoo sabía que su Padre tenía previsto casarlo con el hijo de uno de sus socios para tener asegurados sus negocios.