1. Salvada

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T h e a

Entrego el café a la pareja de enamorados con una sonrisa que ellos me devuelven junto con un "Gracias"

La puerta de la cafetería es abierta y entra un chico un poco mayor que yo bastante desaliñado, de cabello castaño, casi negro, ojos azules, con notables ojeras, alto y delgado.

- Hola, bienvenido ¿Puedo tomar su orden? - Pregunto con una sonrisa mientras que con mi mano derecha sujeto la libreta donde tomo mis órdenes

Se mantiene serio, sus ojos están fijos en los míos y por un milisegundo creo haber visto un colo anaranjado pasar por ellos, pero de seguro es mi mente que me juega una mala jugada.

- Un café está bien, gracias - Asiento y voy a preparar el café

Ya eran las 8:45 p.m. y todos se estaban llendo, el gerente caminaba hacía el chico desaliñado que se encontraba durmiendo, para despertarlo y decirle que pagara y se fuera, pero antes de que lo hiciera lo detuve y le dije que yo lo haría.

- Hey - Muevo su hombro de manera suave hasta que sus ojos lentamente se comienzan a abrirse - Estamos por cerrar - Le sonrío y el asiente entregando el dinero de la cuenta

- Gracias. - Su voz es ronca y somnolienta debido a que se ha encontrado durmiendo por unas cinco horas

Se levanta dispuesto a irse y antes de que lo haga, sin que se de cuenta guardo un billete de 10 euros en su bolsillo sin que se de cuenta.

Un suspiro cansado escapa de mis labios mientras que mi espalda dolía como los mil demonios.

- ¿Estás bien? - Josephine Canbell, la chica con la cuál trabajo me sonríe un poco

- Eh si, gracias - Una vez que compruebo que la puerta de la cafetería está correctamente cerrada camino hasta la esquina de la calle para poder tomar el atajo a mi casa

-Al parecer vamos por el mismo atajo - Otra vez, Josephine vuelve a hablarme sin borrar su sonrisa de sus labios que comienza a darme escalofríos

- Aparentemente - Miro hacia los lados, pero no hay nadie, absolutamente nadie. Cuando quiero seguir hablando la sensación de ser observada me interrumpe - ¿Es mi idea o hay alguien por aquí? - Josephine seguía con su sonrisa sin decirme nada y cada vez más el miedo inundaba mi cuerpo - ¿Josephine? - De pronto, sin esperarmelo un hombre sale de las sombras y se avalanza contra mi tapando mi boca y inmovilizando mi cuerpo

Pido ayuda con la mirada a Josephine que suelta una carcajada mientras que aplaude repetidas veces mirando con ¿Orgullo? Al hombre que me tiene atrapada

- El es mi hermano mayor, le gustan chicas jóvenes como tú y un día me comentó lo cuanto le gustaste así que, - Se encoje de hombros - le dije nuestra hora y salida y todo, y ahora me voy, que tengan una buena violación, cuídate Johan

- Nos vamos a divertir, bomboncito - El hombre llamado John pasa la lengua por mi mejilla dándome asco

El hombre me arrastró por las calles dispuesto a violarme, pero entonces pasó aquéllo... La niebla llegó al callejón y de ahí salió un gran lobo de color gris que se mezclaba con negro y con unos temibles ojos color sangre apareció mostrando sus colmillos al tal Johan y a Josephine que aún no se había ido, pero al ver al lobo se fue corriendo mientras que Johan me tiró al suelo y sacó una navaja dispuesto a pelear con el lobo, pero un lobo gigante no es lo mismo que un hombre que temblaba por el miedo, así que Johan cayó al suelo con la garganta desgarrada.

- No... Por favor no... - El lobo comienza a caminar hacia mi y antes de que pase algo me desmayo por el pánico.

Abro mis ojos de manera lenta recibiendo los rayos del sol y cierro los ojos al instante, pues nadie seguiría con los ojos abiertos si los rayos del sol te están dando de manera directa a los ojos.

HadenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora