14. Cazador

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Haden

Corría, corría esquivando las balas de plata del cazador, algunas me habían alcanzado, pero no me impedían seguir corriendo.

A unos metros, pude a ver a Calia transformada, con sus ojos amarillos fijos en el cazador. De un salto subí a la copa de un árbol, el cazador se descuidó, y en cuestión de segundos Caila estaba sobre él, mostrando sus blancos colmillos al cazador que intentaba alejar su rostro.

Bajé del árbol y caminé hasta ellos, me puse de cuclillas ante el hombre, lo miré de una manera fija, intentándolo.

- ¿Por qué nos estás cazando? - Pregunté con rabia, rabia de que por su culpa mi Thea haya tenido una bala en su brazo, pero por lo menos se la habían sacado - Casi matas a mi mate, desgraciado.

Hace unos días atrás, estaba junto a Thea, cuándo una bala se incrustó en su brazo, sólo fue cuestión de segundos para que me diera cuenta de que este desgraciado había sido, si Thea no hubiera estado herida, habría matado al bastardo en ese mismo instante, pero aprovechó mi debilidad: Thea y huyó, pero ahora el cazador está siendo cazado por su presa.

- ¡Lo siento! - Gritó, haciendo que Calia moviera su cabeza de un lado a otro, este hombre si que era un dolor de oídos.

- Haden, siento que algo anda mal - Escucho la voz de mi amiga se hace presente en mi cabeza.

- Bien, ve con Adrik, si no vuelvo en dos horas, es porque tu mal presentimiento se ha cumplido. - Calia, acatando mi órden se va, dejándome con el hombre que no paraba de llorar - ¿Por qué nos estabas cazando?

- Es una órden, la bruja, Josephine dio una recompensa bastante buena por tu cabeza... - Josephine, esa maldita bruja, tenía que suponerlo desde un principio - Pero no solo te están buscando por eso, la órden de los últimos vampiros que quedan te están buscando, por el juicio de Olsen Holland, ya se enteraron que lo asesinaste hace muy poco - Me alejo del hombre, este no era un humano, tenía demasiada información para ser verdad, más bien parecía ser un señuelo, una carnada.

Y tal como lo pensé, el hombre se hizo polvo y una gran red cayó sobre mi, intenté levantarme o moverme, pero la red se apegaba a mí, quedándome si hacía un movimiento brusco.

- Haden Blummer, ya hacía mucho desde que no te veía - Alzo mi vista encontrándome con el peor vampiro de todos, Vlen Kodislav.

Esto no iba a acabar bien.

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La diosa luna me odia, de eso no tenía dudas,  cada vez que lograba estar con mi Thea algo pasaba, ella se alejaba de mi, o yo lo hacía, o si no, siguen se interponía en nuestro camino, y ahora, estaba encerado en quién sabe donde, soltando miles de maldiciones por no poder estar con mi mate y por no poder disfrutarla, y quizás, ni salga de aquí con vida.

- Camina - Ordena el chupa sangre empujandome con una vara de metal, con la cuál me ha goloeado en más de una ocasión.

Una vez hemos entrado a la especie de asamblea me obligan a ponerme de rodillas ante los cinco vampiros, dos vampiras y tres vampiros, todos condes con un linaje no interrumpido. La mujer más vieja, Lilian Morley, me mira con decepción y menea la cabeza varias veces. Lilian era la única mujer vampiro a ls que no odiaba, pues cuando era pequeño, ella fué quién salvó mi vida cuando mis padres no estaban en casa y fui atacado por otros vampiros.

- Haden Adler Volker Blummer Hanscom, ¿Sabes por qué estás aquí? - Preguntó Douglas Vlokgin, con sus ojos verdes en mí. Todos los vampiros tenían los ojos de un potente color verde, era un color único, sus ojos eran tan claros, pero profundos a la vez que llegaban a intimidarte fácilmente.

- Sí. - Respondo de manera seca y firme - Estoy aquí por haber matado al vampiro, Olsen Holland, hace cinco días después atrás, cuando el estaba haciendo un intento de violación hacía una menor de edad.

- Olsen pertenecía a este consejo, Haden - Habló Liliane, con sus ojos cálidos en mí - Tendrías que recibir un castigo severo, pero te dejaremos ir, pero con una advertencia.

- No, Liliane es hora de que dejes de defender a este chico, es un Lycan, y los Lycan son nuestros enemigos por naturaleza, el recibirá su castigo. - Sentencia Douglas, recibiendo el apoyo de sus demas amigos, excepto el de Liliane, claro.

- Olsen era un hijo de puta, todos los sabíamos, y este Lycan nos hizo un gran favor, hasta deberíamos premiarlo. - Dice Liliane, protestando por mi libertad - Al menos que pase unas noches en el calabozo, además si matamos o le hacemos algo a este chico desearíamos una nueva guerra entre Lycans y Vampiros, y tu sabes muy bien que los vampiros están casi extintos, de un cien por ciento solo queda el veinte por ciento, ¡Usa la cabeza, Douglas!

- Tienes verdad, pero leyes son leyes y no las voy a desobedecer, su pena sería de muerte, pero solo lo llevaremos al calabozo donde lo dejaremos a su propia suerte, sin comida, sin agua y sin guardias que lo cuiden, todo va a depender de el, si logra escapar, lo dejaremos y si alguien viene por el, bienvenido sea a buscar a su perro.

Y al parecer esa es la última palabra. Me toman por los brazos y vuelven a empujarme con esa vara de metal, que en realidad estoy creyendo que no es de metal, ya que quema cada vez que hace contacto con mi piel, hasta creo que la ha rasgado, pues siento las carnes habiertas y como la sangre se deliza por mi espalda. Si Thea me viera en este estado su primera reacción sería reprocharme y recordarme lo estúpido que soy por meterme en estos problemas, luego me inspeccionaria, después me daría sus dulces caricias y luego curaria mis heridas. ¡Como la extraño!

Quizás vi a Thea hace solo unas horas atrás, pero  es como si fueran semanas, tres semanas dolorosas que pasan de una manera tan lenta, donde lo único que añoro es volver a ver el rostro de mi querida mate, pero en cambio, tengo que conformarme en verla solamente en mi imaginación.

Mi cuerpo impacta contra el suelo lleno de agua, agua que se mezcla con mi sangre al hacer contacto.

- Buenas noches. - Dice de manera burlona el vampiro, para después retirarse con su compañero.

Con cuidado me acomode en la pared, iba a salir de aquí, tenía que hacerlo, pero primero tenía que sanar mis heridas que no sanaban de manera inmediata como en otras ocasiones, y quizás ni iban a sanar. Gruño frustrado al darme que estoy gastando energías ya no van a sanar de una manera inmediata.

- Thea, espera solo un poco - Susurro fijando mi vista en la luna, que estaba siendo acompañada por miles de estrellas, ojalá yo también estuviera acompañado, pero con solamente una estrella, y esa estrella sería mi Thea.

¿Como podía estar así en tan poco tiempo? ¿Tan fuerte era la conexión de mates? Es decir, con Rouse sentí esa conexión, pero nunca tan fuerte, podía pasar meses sin ella, pero en cambio con Thea, pasaba unas cuantas horas sin ella y sentía que me estaba muriendo. Cuando nos alejamos por meses, solo le imploraba a la diosa luna que cruzara nuestros caminos para volver a verla. Si, me escucho como todo un adolescente hormonal enamorado, pero si, estoy jodidamente enamorado de mi Thea Hemminsgton.

HadenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora