8. Lobo Blanco

102 11 1
                                    

Thea

Un mes, ha pasado un mes desde que ví a Haden. Por lo que me ha dicho Allen, Haden salió de la ciudad para hacer un viaje de "meditación" ya que al parecer el tema de Rouse le había afectado y lo entiendo, es decir, me hago la idea de como se debe sentir Haden, perder a tu novia y a tu hijo el mismo día debe ser doloroso, y no importa si pasó hace muchos años atrás, el dolor nunca se va.

- ¿Y sigues soñando con ese lobo blanco? - Pregunta Allen lanzando las frambuesas hacía arriba para después atraparlas con la boca

Últimamente Allen y yo establecimos una muy buena amistad, y mis ideas sobre el eran ciertas, es un chico muy simpático el cual puedes confiar siempre.

- Sí, siempre que lo veo está aullando, y es extraño, pero siento que aulla mi nombre. - Hace ya algunas noches atrás he estado soñando con un hermoso lobo de un pelaje tan blanco como la nieve, y cada vez que aulla, es como si dijera mi nombre.

- Quizás sea un espíritu o ancestro que se cuela por tus sueños. - Cuando nota que lo miro sin entender decide explicarme más detalladamente - Verás, a veces las mates de los Lycan tienen sueños con lobos blancos que suelen ser ancestros o espíritus del Lycan que es tu mate, en este caso, Haden, quién debió tener como ancestro a un lobo blanco, y deberías sentirte afortunada con soñar con el, porque ya hacía mucho tiempo que no se escuchaba que una humana soñase con un lobo blanco.

- Ah, ya entiendo. - La sonrisa que le había regalado se esfuma cuando siento como un líquido baja por mi nariz, y como un dolor se instala en mi pecho.

- ¿Que sucede? - Pregunta Allen alarmado al notar que limpiaba la sangre de mi nariz - ¿Puedo ver? - Vuelve a preguntar señalando mis clavículas - Asiento, porque se que es no es de esos tipos morbosos que no desaprovechan una oportunidad para verle los pechos a las chicas - Ese idiota... - Murmura entre dientes. Tomo un espejo y lo pongo en frente de mi, y puedo ver dos pequeños moretones.

- ¿Que sucede? - Pregunto algo asustada por su expresión - Allen, dime que es lo que pasa.

- Haden... Haden está manteniendo relaciones sexuales con alguien, y creo que ya se quién es, Noah Bell, la hermana de Darwin.

.

.

.

- Estás haciendo muy bien en no abrirle la puerta a ese idiota, pero ten cuidado, en cualquier momento va a derribar esa puerta o entrará por una ventana - Dice entre risas Allen por el teléfono - ¡Ya para! - Ese "¡Ya para!'' se que no es para mi, mas bien es para Liana, quién está con el en el parque de diversiones.

Hace unas cinco horas aproximadamente Haden llamó a Allen diciendo que vendría a mi casa, y el como el buen amigo que es, me advirtió y me aseguré de cerrar todo, que me fue mucho mas fácil sin mis padres en casa.

- ¡Thea he esperado casi tres horas! ¡Abre la puta puerta! - Admito que me dan miedo sus gritos, pero no pienso abrir esa puerta - ¡Tienes cinco segundos! - Cambio de opinión, si derriba esa puerta quién tendrá que cargar con los regaños seré yo.

Muerdo mi labio con fuerza y abro la puerta de golpe encontrándome a un Haden muy, pero muy enojado, que casi hechaba humos por los poros. Sus ojos celestes, que habían veces que se veían azules, ahora estaban irradiando ira, su cabello castaño que estaba mas oscuro estaba bastante deaordenado, sus labios estaban entre abiertos para expulsar el aire por su boca y no por su nariz.

- Thea Elaine Hemmingston Kutcher, estás en muy graves problemas. - Y antes de que el pudiera decir o hacer algo más, subo corriendo las escaleras como la cobarde que soy.

Entro a mi habitación y literalmente cierro la puerta en su nariz, la cuál impactó contra la madera de una manera muy fuerte, que hasta me imagino el dolor que debe sentir ahora, pero créanme, no fué a propósito, bueno, en parte no y en parte sí.

- ¿Haden...? ¿Estás bien? - Que pregunta mas estúpida la mía, estoy escuchando sus quejidos y hago esa pregunta, necesito un premio para las preguntas más estúpidas.

- Si, estoy muy bien, solo creo que me rompiste la puta nariz, Thea. - Pero se lo merecía, no se con exactitud porqué, pero se lo merecía.

Es decir, no somos novios y a mi no me debería importar si el se anda revolcando con Noah Bell, quién es la hermana menor de mi novio, el cuál se merece una medalla por ignorarme de una manera olímpica. Si, mi vida últimamente había estado siendo un desastre, uno muy grande, y parte de ese deastre es Haden Blummer, el Lycan mas tóxico que Chernóbil al cual le he roto la nariz.

Abro la puerta lentamente y para mi sorpresa el muy idiota mantiene una gran sonrisa, una que está manchada de sangre debido a que la sangre de su nariz había bajado hasta llegar a su mentón. Miro la puerta blanca de mi habitación la cuál tiene pequeñas salpicaduras de sangre, aunque la sangre de Haden es algo mas oscura.

- ¿Por qué aún tienes esa sonrisa? - Pregunto cruzandome de brazos algo molesta.

- Porque no puedo enojarme contigo y tampoco puedo evitar hacer esto. - Sus labios caen en los míos, intento alejarme, pero Haden cierra completamente la puerta de mi habitación para aprisionarme en esta.

- ¡Haden! - Chillo una vez que me he separado de el - ¡Besaste a Noah Bell! Que asco. - La verdad que Noah me caía bastante bien, es una chica muy simpática, pero ahora, solo quiero arrancarle las extensiones castañas.

- ¿Celosa? - Ruedo los ojos mordiendo mi labio enojada.

- Yo no me burlo de ti cuando tienes tus escenas de celos. - No lo iba a ocultar, estaba celosa, claro que lo estaba, primero el viene, me confunde con sus palabras y acciones lindas, y después se revuelca con otra chica - ¿Por qué lo hiciste?

No me responde, se mantiene serio, hasta da miedo. Sus manos van a mis caderas nuevamente, una de ellas suben hasta que llegan a mi mejilla, luego de unos segundos vuelven a bajar, bajando la cremallera de mi chaqueta. Sus manos se cuelan por mi blusa, sus dedos tibios acarician mi vientre y cuando está apunto de subir su tacto, lo alejo de un empujón.

- Es por eso, por eso lo hice. - Auch. - Se que te he dicho que no quiere obligarte q hacer algo que no quieres, pero Thea, soy un hombre, un Lycan, y es una tortura verte y saber que aún no puedo hacer nada con lo que he fantaseado, es doloroso, cada vez que estoy cerca mis dedos pican, el cosquilleo siempre aumenta allí abajo, y mis labios piden a gritos siempre que pruebe esos hermosos labios tuyos.

- Entonces si estás tan aburrido de mí, simplemente vete para siempre, vete con ella, y déjame seguir con la vida normal que tenía, así todos salimos ganando, Haden Blummer.

- ¿Eso es lo que quieres? - Asiento sin pensármelo dos veces - Pues lástima que yo no.

HadenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora