Capítulo dos: Don't mess with my secretaries

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-Lo lamento señorita Smith-se disculpa María agachando la cabeza

Ruedo los ojos, no es como si fuera algún tipo de empleada doméstica y yo una malvada patrona para hacerse la víctima de ese modo

-Como sea María, pero no bajes la cabeza y los hombros como si te estuviera regañando por llegar diez segundos tarde, lo que hiciste está muy mal-digo enarcando una ceja

Estúpida, esta tipa siempre me pareció una estúpida

Y no miento, tengo un sexto sentido, cuando vi su enorme culo contoneándose exageradamente por los pasillos de la Casa, supe que esto pasaría

-¡No hemos hecho nada! ¡fue todo un mal entendido!-eleva la cabeza desesperada, y sé que me está mintiendo descaradamente

-No te voy a despedir-aclaro y ella suspira aliviada-pero no me mientas, si ustedes dos se...llevan bien, genial, pero que sea luego del horario laboral, no cuando tienes que cumplir órdenes de tu superior ¿comprendido?

La veo tragar gordo, como si estuviera amenazándola de muerte o algo así, y ella asiente repetidas veces

Repito, estúpida

-Bien ahora ve a hacer lo que te pedí y mantente alejada de su oficina-agrego mirándola con determinación

La rubia con extensiones demasiado largas, me mira y parpadea asustada

-Pero yo...hay unos papeles que están en su...

-Yo iré por ellos- la interrumpo para evitar otro inconveniente, y ambas salimos de mi oficina

-Ah, y María...-la llamo, y ella voltea a mirarme-si esto que sucedió se repite, no te molestes en pasar por mi oficina, te enviare el telegrama de despido directo a tu casa ¿está claro?

Sus ojos se abren como platos del susto y me provoca reír pero no lo hare

-S-si señorita Smith

-Bien, puedes irte

Ella se aleja moviendo sus caderas, ruedo los ojos porque se perfectamente que nunca aprenderá. He estado evitando despedirla porque sé que está haciendo una maestría en Harvard y necesita este empleo

¡Ella! ¡En Harvard!

Como sea, no soy una bruja sin corazón, pero ella está agotando mi paciencia

Camino por el lustrado y reluciente piso de la Casa Blanca hasta llegar a la oficina de Justin, golpeo dos veces de mala gana y él me contesta que pase

-Oh, eres tu-murmura decepcionado cuando me ve entrar

-¿Que, esperabas que fuera mi asistente?-contesto bastante cabreada, cerrando la puerta con mi cadera y parándome frente a su escritorio

Él está apoyado cómodamente en su asiento de oficina, sus piernas están extendidas sobre el escritorio y se encuentra leyendo unos papeles que tienen el sello de la Casa Blanca

Cuando ve que no me muevo, deja los papeles

-En realidad, si-sonríe burlón mirándome de arriba a abajo

Oh, eso me causa gracia, ¿él aún no sabe que eso no provoca nada en mí? yo no soy una secretaria pueblerina en busca de un poco de atención, no soy como ninguna de las tipas a las que él se folla, no existe cosa que él haga que cause un mínimo efecto en mi

-Ahórrate eso-dijo señalando sus ojos-cariño-agrego sonriente y el parece divertido-¿quieres saber algo? me vale mierda tu vida sexual, tu debilidad por las rubias plásticas, joder, enserio creo que los ingredientes de la maldita comida de mi gato me importan más que eso, pero no te metas con los empleados-hago una pausa y chasqueo la lengua-no te metas con mis, empleados-me corrijo-con los tuyos, haz lo que quieras, tu eres el imbécil que no se toma su trabajo enserio

-Bueno ya-frunce el ceño, al parecer, de todo lo que dije, lo último fue lo único que le importo-tu estas aquí hace menos de un jodido año así que no vengas a darme clases de política y ética laboral

-Tú mismo lo estás diciendo, llevo apenas un año aquí, y he conseguido lo que a ti te costó una vida-sonrió burlona

Él aprieta la mandíbula, se ve enojado

-_____, cariño, me sorprende que no lo sepas siendo tan inteligente-junta sus cejas y mueve su sillón giratorio a los lados-¿no tienes en cuenta lo que tu tuviste que hacer y que yo no?

Frunzo el ceño, no tengo idea de lo que está hablando

-Ahora, cuéntame para llevar una cuenta parcial, ¿con cuántos funcionarios te has acostado? ¿Diez? ¿Quince? Oh, sin mencionar que imagino le has hecho, por lo menos una mamada a Joe

Cierro mis ojos y cuento hasta diez

Hace años que no dejo que un hombre como Justin Bieber me saque de mis casillas, y eso no va a cambiar hoy

-No muchos en realidad-arrugo la nariz siguiéndole la corriente-¿y tú Justin? no me mientas, no te creo que hayas llegado con tu culo intacto hasta aquí-sonrío abarcando toda la oficina

Él baja las piernas del escritorio y me mira con el ceño fruncido

-¿De qué mierda hablas _____?-gruñe

Y estoy feliz de que él sea el enojado ahora

-Pues, me preguntaba por qué James McGreevey* me envió saludos para ti en cuanto estuve en la Ciudad de Jersey el mes pasado, pero ahora encaja todo-me encojo de hombros dejándolo con la boca abierta, busco los papeles que necesitaba y me acerco a la puerta para retirarme

-No te metas con mis secretarias-aclaro y al ver que aún sigue sorprendido, sonrió ampliamente y abro la puerta de madera-y con mis secretarios tampoco-guiño un ojo, alcanzando a ver su cara de enfado y me largo

Ten, imbécil.

....

*James McGreevey fue gobernador de Nueva Jersey entre 2002 y 2004. Al revelar su homosexualidad el 12 de agosto de 2004 McGreevey se convirtió en el primer, y hasta la fecha único, gobernador abiertamente gay en la historia de los Estados Unidos

Fortune: El poder RobadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora