Capítulo 1

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Era un frío día de otoño en Seúl, durante aquella última semana las temperaturas habían sido templadas pero durante las horas los grados se habían desplomado contribuyendo así a que finalmente aquel verano tardío que habían estado viviendo, acabase.

A través de la ventana se podía observar una bella escena completamente otoñal, los colores ocres de las hojas caídas pintaban el pavimento con maravillosas y diversas tonalidades. Las ramas de los árboles, ya visiblemente desnudas ondeaban con el vaivén del suave viento y el sol comenzaba a esconderse por el oeste dando paso a un precioso atardecer que bañaba el cielo de preciosos matices rosas que tornaban hacia colores más anaranjados.

Dentro del apartamento Haley estaba recostada en el sofá leyendo uno de los últimos libros que le había pedido prestados a su compañera de piso. Su pelo castaño descansaba recogido de forma irregular en un pequeño moño alto del cual se escapaban algunos mechones que no eran lo suficientemente largos y sus ojos castaños recorrían embelesados las letras impresas, mientras se dejaba llevar por la apacible música de piano que inundaba sus oídos gracias a los cascos que había conectado a su teléfono, de esa manera era capaz de aislarse del resto de sonidos que se producían en el apartamento.

Norah que hacía escasos minutos cantaba a pleno pulmón en la ducha se acercó envuelta en una toalla blanca hacia el sofá donde se encontraba la morena. Su larga melena rubia mojada y ondulada caía por su espalda mientras una sonrisa un poco demoniaca se asomaba en la comisura de sus labios. Se sujetó el pelo y dejó caer unas pocas gotas sobre la cara de la morena que al momento dio un respingo en el sofá, molesta.

¿Qué haces demonio? — Se quejó Haley fulminándola con la mirada.

Norah dejó escapar una risa siniestra antes de hablar.

Vamos deja el libro, ven conmigo a la fiesta, seguro que te lo vas a pasar genial.

No tengo ganas de salir, además quiero terminarlo hoy — Elevó un poco el libro con una de sus manos — Que luego me dices que tardo mucho en leer.

Bueno, como quieras pero si por casualidad te animas más tarde te he dejado la dirección pegada en la puerta del frigorífico — Terminó de decir la frase mientras se alejaba y se adentraba en el baño.


Realmente ella tampoco es que tuviese muchas ganas de ir a un bar, aquel no había sido un buen día, de hecho no recordaba la última vez que se había ido a dormir sonriendo, debía haber pasado mucho tiempo desde ese momento. Pero su fuerte personalidad no dejaba que mostrase su pesimismo, siempre trataba de sonreír y fomentar aquella parte positiva que sobrevivía en su interior, dejando encerrados todos esos malos sentimientos o pensamientos que pudiesen surgir en ella. Por eso aquella noche necesitaba salir, despejarse, beber y divertirse, olvidarse de todo al menos durante unas cuantas horas.

Una vez dentro del baño comenzó a arreglarse, secándose la melena y peinándola con bonitas ondas después. Maquillando sus bonitos ojos castaños con sencillez, poniendo aquel toque brillante sobre sus pómulos que tanto le gustaba y pintando sus labios de un tono morado algo oscuro que resaltaba su pálida piel.

A continuación se enfundó su sencilla falda negra de vuelo y una bonita camiseta de manga corta color mostaza que se ajustaba a sus brazos con un escote estilo barco, dejando al descubierto sus hombros manchados por pequeñas pecas.

Pulverizó un poco del perfume que siempre solía usar, "Cloé", sobre su cuello y sus muñecas antes de coger el bolso y dirigirse hacia la puerta del apartamento, asomándose una última vez al salón donde seguía Haley.

Me voy ya, si te aburres ven — Terminó la frase alargando un poco las palabras de forma cantarina.

Que si, ten cuidado y no hagas nada que yo no haría — Norah se rió desde la puerta al escuchar las palabras de su amiga y acto seguido salió finalmente del apartamento.

Healing » SeventeenWhere stories live. Discover now