Vigésima tercer Flor

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HoSeok terminó de colocar con cuidado a HyungWon en el asiento del copiloto y una vez asegurado de que el menor se encontrara cómodo con la bolsa de pastelitos de arroz en sus piernas, cerró con cuidado la puerta viendo como el chico se despedía con una seña de la señora Shin, la cual correspondió su despedida.

—¿Llevas todo? —Preguntó con los brazos cruzados sin ningún cambio en su tono de voz.

—Parece ser que sí.

—Maletas completas.

—Sí.

—Los vegetales que cortaste del invernadero...

Asintió de nuevo en respuesta a su madre.

—¿Compraste alguna cosa más?

—... ¡Los dulces para la señora Chae! —Recordó con sorpresa regresando a la casa escuchando a su madre suspirar. Ese gesto le sacó una sonrisa.

Después de que enfermero y paciente regresaran del invernadero, la señora Shin no mencionó nada al respecto de aquel regalo que hizo a su hijo mayor el cual pensaba que era un hermoso presente. Pero no quería incomodar a la mujer mayor por lo cual no dijo nada al respecto tampoco.

Todo entre ellos ahora estaba bien a su manera... Contrario al señor Shin que en esos momentos estaba sentado en el comedor escuchando por la radio algún programa de noticias sin darle a HoSeok un interés en especial cuando llegó al lugar.

El enfermero se acercó lentamente para tomar la bolsa que se encontraba en la mesa. La recogió con cuidado de no estropear ninguno de los caramelos que eligió para SoYou y dio la vuelta con cierta incomodidad comenzando a caminar de nuevo a la entrada principal hasta que escuchó la radio ser apagada.

—No olvides nada. —Dijo la voz grave del señor Shin. HoSeok no recordaba que fuera tan ronca y supuso que se debía a la edad y el gusto del hombre por el tabaco.

—No lo hago, esto es lo último que queda.

—¿Chae–Sshi estuvo cómodo?

—Sí. —Respondió volteando la vista de nuevo a su padre quien regresó a la mesa con un periódico en mano. —No tuvo quejas de nada en estos días... Gracias por recibirnos sin haber avisado antes.

—No hay nada que se tenga que agradecer.

—Aun así...

—Sabes que no me gustan los rodeos. —Dijo cortando lo que fuera que HoSeok tuviera que decir. —Tratare de ir al punto.

—Te escucho.

—Pensaba tocar este tema con delicadeza, pero no encuentro una forma. —Suspiró cansino aún con la mirada en el periódico. — Tampoco ayuda que seas tan poco discreto. Nunca supiste serlo en realidad.

—Te agradecería que fueras más específico.

—Sabes a lo que me refiero. —Dijo cambiando la página con lentitud. —Tu forma de ser con él, tus gestos e incluso tu forma de hablar.

HoSeok se dejó vencer sabiendo que no había nada que hacer. Su padre era un observador, y eso lo hacía una persona confiada en sus instintos los cuales pocas veces llegaban a equivocarse.

Esa era una de aquellas veces en las que HoSeok deseaba que su padre errara. No había manera de despistarlo.

—Siento que no fuera nada de lo que esperabas... No fui el gran hombre de éxito que una vez quisiste, ni tampoco seré el gran marido que tendrá una familia impecable.

—No hay remedio. Ya no puedo prohibirte nada desde hace mucho. He perdido ese derecho.

—¿Entonces estás bien con ello? —Cuestionó con sorpresa. —Siempre hiciste comentarios despectivos a la homosexualidad.

New Spring •2Won/HyungWonho• [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora