Entre los días 4 al 14 de Julio de 2014

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4 de julio

El vestuario del equipo alemán, era todo un festejo, ya que solo hace unos pocos minutos atrás, le habían ganado a la selección francesa en los cuartos de final, para pasar a la gran semifinal, y poder llegar a ser coronados como campeones del mundo. Philipp estaba sobre los brazos de Lukas, mientras que el resto del equipo estaba sobre las bancas, gritando y descorchando caras botellas de champagne, que terminaba en los cuerpos, haciendo que se mezcle con el sudor, por lo cual sus cuerpos terminaban más pegajosos de lo que ya estaban a causa de la transpiración que le provocaba correr noventa minutos.

Mats le paso una de las botellas a Erik y ambos se subieron a una mesada, para agitar el contenido de la botella, descorcharla y tirarla al cuerpo de los demás, mientras gritaban y saltaban.

Joachim trataba de poner algo de control a la situación, pero no podía. Bastian lo tomo desprevenido y lo subió a sus hombros. Comenzaron a cantar a todo pulmón y a aplaudir.

– Un aplauso a nuestro arquero, que permitió que seamos uno de las selecciones a las que menos goles le han convertido. – exclamó Philipp desde los hombros de Lukas.

– El arquero que ganará los guantes de oro. – acotó Kramer desde el suelo

Manuel se sonrojó, y solo asintió con la cabeza emocionado. – Ojala. Sería hermoso volver a Alemania con la copa y los guantes de oro. –

– Así será Manu, así será. – comentó Bastian mientras le palmeaba la espalda.

El vestuario siguió siendo una fiesta para el equipo alemán, hasta que Low les dio el ultimátum para volver al hotel y descansar. Les dio el día siguiente libre

– Se lo merecen. – les comentó mientras abrazaba uno por uno.

Manuel se despidió del resto del plantel que se quedaría festejando en el comedor que el hotel reservó para ellos, y subió corriendo las escaleras, rumbo a la décima planta del hotel, que era únicamente para ellos. Se encerró en la habitación que compartía con Toni, y se dirigió a la ducha. Necesitaba sacarse todo el exceso de sudor, champagne que tenía. Luego, llamaría a Gwen.

Se dio una ducha fría y rápida, ya que no tardo más de cinco minutos, y salió mientras enrollaba una toalla a su cadera. Se miró al espejo, cerró los ojos, y sonrió mientras se imaginaba como le daban el premio por el guante de oro, y como junto con todo el equipo elevaban la copa del mundo.

Salió del baño, y se puso unos boxers negros, y unos pants adidas grises que usaba para dormir. Abrió el gran ventanal de la habitación, dejando que el viento se colará y aireara la habitación.

Se acostó en la cama, mientras encendía su celular. Minutos después, se encontró con las felicitaciones de su familia, amigos y el mensaje de Gwen, sonrió y decidió llamarla.

Su voz fue ronca al atenderlo, ya que ella ya estaba durmiendo. A veces, se olvidaba de la diferencia horaria que reinaba en ambos países.

Lo primero que hizo su novia fue felicitarlo, y repetirle una y otra vez que deseaba estar allí con él. Le comentó que viajaría un día antes a la semi final, ya que tenía que terminar unos cuadros que le habían encargado.

– No sabes cuantas ganas tengo de verte. – murmuró Manuel mientras rodaba por la cama, y se ponía boca abajo.

– Yo necesito verte, llenarte de besos. – respondió Gwen en voz ronca, llena de deseo al imaginarse lo que sería el reencuentro con su novio.

Hablaron unos pocos minutos más, y luego Manuel terminó con la llamada, no sin antes recordarle que debía soñar con él. No hizo falta que Gwen le recordará que él debía de soñar con ella, pues ya lo hacía y a la mañana siguiente se despertaba con una gran erección entre sus piernas.

Say Something |Manuel Neuer - Mats Hummels|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora