BAD GUY

A casa.

Fue un día algo cansado para ti, vuelves a casa casí arrastrando los pies, con un nombre en la cabeza: "Hidan"

Tú desconocido ahora tiene un nombre. Ya no es un simple tipo a quien no conoces, ahora es alguien que aunque suene absurdo es especial.

Conoces parte de su tragica vida y hasta cierto punto lo entiendes o te identificas con él. Ya no sientes lastima, ahora es empatía.

Suspiras...

- Hey!, tú... - Escuchas de pronto. Y miras al frente para darte cuenta que es ese vecino raro de nombre Nagato.
Se acaba de mudar junto a un amigo con muchos pircings y una chica que apenas y has visto a lo lejos.

- ¿Sabes si hay cerca una tienda de autoservicio?... Como un Seven Eleven u Oxxo. - Pregunta amablemente pero tú solo le miras con suma desconfianza.

- No sé... A dos calles creo que hay una. - Respondes con nerviosismo. No es que la cara de tu vecino fuera aterradora, pero si te da algo de extrañeza esa persona.

Cabello rojo, ojos raros, flaco casi hasta los huesos y jodidamente alto.

- Oye... ¿Que te pasa, estas bien? - Te pregunta dudoso. A lo que tú asientes con la cabeza en forma afirmativa.

- No vayas a estar en drogas, he?... Si no te acusare con tus padres. - Amenaza.

Tú frunces el ceño pero antes de que pudieras replicar algo, tu vecino agrega:

- Tengo un conocido... Bueno, no exactamente yo, pero que esta en esos rollos de drogas... El pobre ahora esta en el hospital por sobredosis. Lo internaron ayer y esta grave. - No esperabas esa confesión, así que guardas silencio.

- Sería una pena que alguien tan "kawaii" como tú, pasara por lo mismo. - Dice con una sonrisa, que mas que dar confianza provoca algo de miedo. El hombre es bastante crepy.

- No lo estoy. Eso no me pasara. - respondes en voz baja. Esto te ha sacado de onda. A lo que rodeas a tu vecino y te vas corriendo directo a casa.

Ufff... De verdad que ese sujeto aveces da miedo.

La casa esta vacía, parece que no hay nadie, por lo que te diriges inmediatamente a tu cuarto.

Te encierras, votas todo por ahi, te quitas la ropa, vas a baño para asearte un poco, y despues te pones la pijama, o lo que sirve para lo mismo: Una camiseta holgada.

Sacas de tu mochila los papeles arrugados escritos con tinta roja y te tumbas a leer otro de estos en tú cama.

Hidan se ha vuelto tu nueva literatura preferida...