Los Humanos... una raza un tanto peculiar... llenos de vida, bondadosos, amables y con un gran corazón. Una existencia maravillosa...
O eso pensaba.. hasta que conocí su verdadera naturaleza.
Se estarán preguntando quien soy, bueno, Soy un Ser Huma...
Puedo oír que alguien está hablando, es eso o ya me volví completamente loco.
- ¡Apúrate! No te quedes atrás.
Al abrir mis ojos, puedo ver a una pequeña silueta corriendo delante mío. Su voz es un tanto infantil, pero lo que más me llama la atención es quien corre detrás de ella.
Intento acercarme pero antes de que pueda ver sus rostros, una potente voz me deja inmóvil.
-Bien, ya es suficiente.-
Al momento de escuchar eso, empeze a caer a una gran velocidad, dejándome muy desconcertado. Mientras iba cayendo, solo podía ver cómo esas dos siluetas se alejaban más y más.
Al cabo de unos segundos, podía sentir como mi cuerpo empezaba a quemarse debido a la velocidad a la que caía, la cual, iba en aumento, haciéndome sentir como mis músculos estaban siendo quemados hasta el punto de que mi carne se desintegrará.
El dolor era insoportable y descomunal a niveles que no podía imaginar, me costaba seguir gritando, lo único en lo que podía pensar era en el inmenso dolor que sentía.
-¡BASTA!¡POR FAVOR!-
Luego de gritar eso con las pocas fuerzas que me quedaban, sentí que me detuve en seco, pero eso no quito el echo de que el dolor seguía ahí, no había que ser muy listo como para saber que la mayoría de mi cuerpo eran simples huesos.
- Vaya, cualquiera en tu lugar ya hubiese muerto después de eso. Me alegro de haberte elegido.-
Al cabo de escuchar eso, mi cuerpo se empezó a regenerar, era una extraña sensación acompañada de un gran dolor.
-¡AHHHUAH!¡MIERDA!-
Unos segundos después, que los sentí eternos, el sufrimiento acabo, mi cuerpo se había regenerado por completo.
En ese momento, un gran brillo apareció delante de mí, haciéndome cubrir mis ojos. De pronto, mi cuerpo se tensó y caí de rodillas al suelo, sentía que estaba siendo aplastado por algo sumamente pesado, la presión a la que estaba siendo sometido era impresionante, era tal la fuerza que a duras penas podía moverme.
Con mucho esfuerzo, gire un poco mi cabeza para encontrar al origen de tal presión, pero no me esperaba encontrarme con eso.
Frente a mí, una extraña figura había aparecido. Su vestimenta era algo normal, consistía de una especie de capucha con un par de botas y guantes. Pero lo que destacaba en ella y lo que en verdad me sorprendió era su cuerpo oscuro compuesto de múltiples puntos brillantes, como si un universo estuviera delante de mí.
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