Uno

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Joel sale de su departamento como todas las mañanas, con su perrito en brazos, mientras esté lame su cara con mucha prisa

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Joel sale de su departamento como todas las mañanas, con su perrito en brazos, mientras esté lame su cara con mucha prisa.

El rizado ríe alejándolo un poco, porque no quiere que ambos se caigan por las escaleras.

—Buenos días— le saluda el chico de ojos verdes, que sabe muy bien vive justo en el departamento de enfrente.

—Hola Erick— responde con una enorme sonrisa.

—Pensaba en invitarte por la tarde a cenar, pienso en preparar lasaña, y sería mucho comérmelo todo— sonríe observándolo.

—Sabes que me encantaría, pero esta tarde voy a llevar a T'achala al veterinario, y como van a ponerle una vacuna, no puedo dejarlo solo— acaricia la cabecita del dicho animal.

—No te preocupes entonces— dice cortamente, subiendo las escaleras con rabia, porque no es la primera vez que le rechaza una invitación por ese estúpido perro.

—Erick— grita, y este se detiene —De todos modos gracias—

—Si, como sea— camina a su departamento, y tira la puerta con fuerza, haciéndose sonar por todo el piso.

Le molesta demasiado cada vez que intenta acercarse a ese chico que tanto le gusta, y este lo rechace de una manera tan tonta, solo porque el no ladra. Se siente mal de ni siquiera poder demostrarle de todo lo que puede hacer y todo lo que es él como persona.

Necesita hacer algo, urgentemente.

Necesita hacer algo, urgentemente

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Supéralo ¡! TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora