-¿Dónde te metiste ayer? Te estuve buscando.- Me preguntó Sara un poco curiosa.
-Pues... Estuve dando una vuelta por el paseo marítimo-
-Mi madre... te pasas todos los días por ahí. Deberías de dejar de ir tanto por allá y prestarle más atención a tu mejor amiga, que anoche se aburría mucho y quería pasar el rato con tigo viendo una peli.- dijo un tanto exagerada.
-Vale. Mira, para recompensarte, el domingo te vienes para mi casa y nos vemos la saga entera de Crepúsculo. ¿Te parece?-
-Me parece, ¡perfecto!- ya dijo un poco más feliz.
Nos encontrábamos en el recreo. En una parte situada más alejada de la gente, formada por césped y por unos cuantos árboles no muy altos. Se estaba de maravilla ahí. Todo muy tranquilito, sin mucho ruido formado por la gente, ya que a esa parte venían solo las personas que querían leer un rato o descansar. A descansar me refiero a echar la siesta. Yo creía que era serrar los ojos un momento pero cuando vi que la gente hasta se traían mini cojines para dormir, me pareció un poco exagerado, pero bueno. Nos sentamos debajo de un árbol, para que no nos dice mucho el sol.
De repente aparece el chico más guapo del todo el instituto. Mi Lucas. Ya le tenía más confianza, pues nos habíamos vuelto muy amigos. No había un solo día que no me viniera a saludar o me preguntara como estaba, al parecer le importaba bastante. Sobre el tema de Vanesa, ya no me afectaba. Lo que si es que todavía me manda miradas de odio y a veces me tira los libros al suelo cuando nos encontramos por los pasillos, ¿Por qué? Porque le doy envidia, así de fácil. Porque sabe que a Lucas le importo más yo que ella, y ve que no puede hacer nada para evitarlo y eso la reconcome por dentro.
Y a mi, a decir verdad, me encantaba.
- Hola, bebé.- me dijo muy cariñoso. "Bebé", es el mote que me puso él hace poquito. Me dice así por el tema de que me saca una cabeza. No es que yo se bajita, bueno un poco si, pero es que él también es muy alto. La verdad le dejo que me llamé así porque ese mote es mejor que "enana" o "pitufa"- Hola Sarita- le dijo un poco más amable que el otro día a Sara. Ya se llevaban un poco mejor que antes, aunque todavía no se el motivo por ese extraño comportamiento que tenían ellos dos.
-Hola- le contestamos Sara y yo al unísono. No se que pasaba hoy, pero ella y yo estábamos... como decirlo... cincronizadas.
Lucas se arrimo más a mi, apoyando la espalda con el tronco del árbol y pasando el brazo por encima de mis hombros. Hoy estaba muy cariñoso para ser verdad, porque él siempre es un poco bruto, con una carácter un poco fuerte y siempre metido en líos.
¿Qué le pasaba? Bueno me daba igual, me encantaba que fuese así, mientras no estuviese en una pelea.
-¿Sabes qué?- me miró curioso- Ahora te voy a llamar Luquitas, ¿qué te parece?-Me miro con cara extraña, y se que estaba contubiendose para no estallarse de risa, así que me dedico una sonrisa.
-Llámame como tu quieras, bebé.- Y planto un beso en mi frente.
-¿Enserio Stephi? Luquitas. Los he visto mejores, y más yo que estoy todo el rato poniendo diminutivos o apodos a todo el mundo- Cometo mi gran amiga mientras yo y Lucas no partíamos de risa, al cabo de un momento ella también se unió con nosotros.

ESTÁS LEYENDO
Esperanza de un futuro mejor
Teen FictionSthepanieGutierrez, es una chica de 15 años nacida y criada en Colombia. Cuando sus padres deciden divorciarse, su madre la sorprende con que van a ir a España a empezar de nuevo. Lo que no sabe Stephanie es que su vida allá no sera nada fácil, ya q...