Remember me

El vestido se llenó de tinta

"TOC Toc "
Jessly escucha que alguien golpea la puerta e inmediatamente oculta el vestido dañado debajo de su chaqueta encima de una pequeña silla a su lado.
La puerta se abre y Melanie entra.
Tan pronto como entró, inmediatamente exigió ver su vestido.

¿Dónde está mi vestido? Preguntó muy emocionada la morena.

Jessly se quedó parada en su lugar por unos segundos, con el estómago revuelto y los ojos cerrados. Quería ser repentinamente pequeña y arrastrarse fuera de allí. Una parte de ella quería huir, pero sabía que le era imposible y que no tenía sentiso. Solo parecería una cobarde que no sabe enfrentar sus problemas
-¿Eres tonta? ¿No escuchaste lo que acabo de decir o no entiendes?- Dijo Melanie sin ganas.

Jessly retrocedió dos pasos y señaló con su dedo dónde estaba el vestido.
Melanie caminó hacia su vestido, lo recogió con entusiasmo solo para ver tinta azul salpicada en su hermoso vestido.
Su rostro parecía todo un poema, está apretaba los dientes con fuerza y tenía el ceño fruncido.

-¿Qué demonios le hiciste a mi vestido?- murmuró con la mandíbula densa.

Jessly trató de explicarle que fue un error y que accidentalmente vertió tinta azul en el vestido, pero fue en vano.

-¿De verdad crees que eso es una excusa? ¿Sabes una importante es está sesión de fotos para mí?- añadió la modelo con ira.

Jessly agachó la cabeza y miró hacia el suelo mientras se disculpaba profundamente con Melanie.

-Lo siento mucho, no tenía la intención de hacerlo. Voy a encontrarte otro vestido antes de que comience tu sesión de fotos.- fue lo único que llegó a decir la pelinegra antes de ser interrumpida por el vestido lanzado a su cara de parte de Melanie.

El descalificador tiene como objetivo controlar la autoestima de la víctima, hacer la sentir nada ante los demás, para que de esta forma él pueda brillar y ser el centro del universo. Ahora mismo, Jessly se sentía totalmente aquella víctima en proceso de ser humillada como si fuese un simple bicho.

- Ni siquiera puedes comprarte cosas sencillas que todos poseen, pero crees que tienes las agallas para reemplazar mi vestido, inútil. Solo desaparece y ve al infierno de una vez.- gritó Melanie

Las lágrimas rodaban por las rellenitas, rojas y sensibles mejillas de Jessly.

Jessly, harta de la situación y sin más paciencia se armó con un poco de valor. Se limpió las lágrimas y miró hacia Melanie con los ojos nublados y rojos. Aún nublados, lo poco que se podía ver de ellos transmitía tanto odio que Melanie se sintió intimidada por aquella mirada.

- No tengo mucho dinero como usted dice, pero al menos tengo modales, incluso un niño de la guardería sabe aceptar disculpas. No creas que por tener a mucha gente detrás me quedaré callada ante tus insultos, recuerda, el mercado se llena cuando la carne es barata.-

Palabra tras palabra que fluyó de sus labios enojó más a Melanie.
La paciencia de Melanie se estaba agotando, ya que ella apenas tuvo la oportunidad de pensar en su sano juicio, la idea de ser intimidada por una simple y pobre secretaria la cegó del todo. El único pensamiento que la atravesaba era hacer que Jessly se callara.
La rabia hirvió a través de su cuerpo.
Lanzó su mano hacia adelante tan fuerte como pudo azotarla en la cara de Jessly.
La bofetada fue tan fuerte como una palmada. Justo debajo del ojo de Jessly había un corte donde el anillo de Melanie la había atrapado.
Jessly dio unos pasos hacia atrás, agarrando su cara, sus ojos llorosos.
Lentamente extendió su mano y tocó su mejilla roja fuego.
Melanie extendió su otra mano para abofetear a Jessly por segunda vez, pero de repente una mano sobresalió y tomó la mano de Melanie antes de que pudiera ponerla en la cara ya roja de Jessly.