¿Por qué me odias ?

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Eithan y Jessly tomaron el mismo ascensor, se encontraban solos pues llegaron temprano al trabajo. Las puertas se cerraron y el ascensor comenzó a moverse.
El ascensor tenía paredes de mármol y el suelo de color rojo carmesí.
El corazón de Jessly latía sin parar. El hecho de estar a solas con él le ponía nerviosa.

Muchos pensamientos de arrepentimiento llegaban a su mente mientras el ascensor se movía. La pelinegra no dejaba de darle vueltas al asunto de su identidad que se planteó por unos instantes revelarle la verdad a su amigo de la infancia en ese preciso momento.

-E-Eithan- El ascensor se paró de golpe haciendo que ambos chocaran contra las paredes.
Jessly no puedo acabar su frase pues las luces del ascensor se empezaron a apagar y encender como si de una película de terror se tratase.

Eithan temía los lugares cerradas desde que era pequeño pues tuvo un accidente que le dejó un trauma que no parecia poderse olvidar.

El chico temblaba sin parar, su visión se desfiguraba y estaba entrando en pánico. Se movía por él pequeño área que se quedaba sin aire como si hubiera un huracán dentro de él. Este se puso de cuclillas en el suelo. Sus ojos estaban rojos, su mandíbula tensa y parecía sudar bastante.

Jessly sabía perfectamente que le ocurría pues, siempre que le daba un ataque de pánico ella le ayudaba dándole la mano y cantándole una pequeña canción cuando estaban en primaria. Sin embargo, esta vez ella se sentía impotente. No le podía ayudar. Ella misma se sentía incómoda por la situación y por no saber cómo lidiar con ella.

Eithan se encontraba muy alertado. Buscaba por todos lados algún modo de salir pero nada resultaba.

La respiración de Jessly aún era estable y su mente enfocada.

-Si había una manera de entrar, hay una salida, solo es cuestión de pedir ayuda y mantener la calma hasta que nos encuentren- le dijo Jessly a Eithan.

Eithan trató de abrir la puerta, sus manos desnudas empujando la puerta con fuerza, todo fue en vano, la puerta se mantuvo obstinadamente en su lugar. Por fin, presionó el botón de emergencia y pidió ayuda.

Jessly, sentía el miedo en su mirada, ella sabía que debía hacer algo por él.

La pelinegra se acercó a Eithan con cuidado acercando su mano con cautela a la de él.
Podía sentir el calor de su palma presionando contra la de ella cálidamente.

Eithan, en un segundo de vulnerabilidad y pánico presionó su mano con la de ella fuertemente antes de estallar una vez reaccionado.

-¿Qué estás haciendo? Nunca me pongas tus sucias manos encima- gritó Eithan.

Apartó su mano de la de ella, apretó el puño y se metió la mano en el bolsillo.

-¿Por qué odias todo lo de mí, incluso cuando no he hecho nada malo? ¿Por qué me desprecias tanto?- la chica soltó con tristeza y algo de rabia en su voz.

-Te odio, y odio todo sobre ti. No me gusta todo de ti. ¿Quieres saber por qué?- preguntó
-Tienes el mismo nombre que alguien a quien amo y aprecio más en este mundo.- finalizó, dejando salir las últimas palabras con mucho odio.

-¿Cómo es eso un crimen?- preguntó sin entender bucando algo de compasión en aquella fría mirada.

-no mereces que te llamen así, eres una vergüenza ...-

Mientras seguían hablando la puerta del ascensor se abrió.

Eithan al ver la puerta abrirse, sintió un nudo desatarse en su garganta y decidió simplemente marcharse sin saber qué gran herida le había dado a su primer amor, no tenía idea de que la persona que más apreciaba en el mundo es la misma persona que acaba de decir que odiaba tanto.

Remember meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora