Capítulo Extra Patch Y Nora

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Patch Y Nora Se Conocen Por Primera Vez

Patch meció su silla hacia atrás sobre dos patas, extendió sus brazos, y los dobló detrás de su cuello. Su mirada estaba clavada en las puertas de Enzo's Bistro. Pidió una mesa, en un oscuro rincón en donde la luz no llegaba. Una vela parpadea en cada mesa, pero Patch había apagado la suya entre sus dedos al sentarse. Al otro lado de la mesa, Rixon yacía en su silla, sus ojos rastreando el techo mostrando aburrimiento exagerado.

—Te esperaré hasta que me vuelva azul —cantó Rixon en un murmullo—. No hay nada más que un hombre pueda hacer. Bebimos con demonios directamente del... —Se calló y, levantando una ceja, apuntó hacia sus pies—... infierno. Casi a punto de ganar también.

Patch sonrió.

—¿Calentando para tu audición de American Idol?

Rixon lo pateó por debajo de la mesa.

—¿Cuándo vas a decirme lo que estás haciendo?

Una mesera pasó, dejando dos cafés.

Patch tomó un trago.

—¿Haciendo?

—Venimos aquí, ¿esto es Enzo's, verdad?, cada jueves en la noche alrededor de las ocho. Hace ya cinco semanas. Y crees que no lo he notado.

—Cuatro semanas.

Rixon rodó los ojos teatralmente.

—El mozo «puede» contar. 

—Tienen buen café.

—Bien, entonces. El problema con eso es, que no puedes probarlo —señaló Rixon—. Entonces, ¿probarás con la mentira número dos?

—Me gusta el ambiente.

—Cada chica en este lugar tiene menos de veinte años. ¿Qué dices si enfadamos a algunos ejemplares un poco más cercanos a nuestra edad... setecientos al menos?

—No estoy aquí por las chicas. —«Sólo por una de ellas.» Sus ojos viajaron a su reloj, luego de vuelta a las puertas. «En cualquier momento.»

—No estás aquí por las chicas —repitió Rixon—. No estás aquí por el juego, la bebida o la lucha. A todas luces, estemos teniendo una noche perfectamente buena, en un establecimiento de renombre. O bien comenzaste a escuchar al pequeño ángel en tu hombro, o ese malvado cerebro tuyo está danzando alrededor de algún plan.

—¿Y?

—Apuesto por lo último. Lo que quiero saber es, ¿qué proyecto que merece la pena involucra como lugar de reunión una inmaculada escuela secundaria? —preguntó, lanzando una mirada siniestra sobre el lugar.

Fuera, una silueta familiar trotó más allá de la fila de ventanas salpicadas por la lluvia. La chica tenía sus brazos cruzados sobre su cabeza, haciendo un divertido trabajo al tratar de protegerse de la lluvia. Corrió dentro, dándole a la puerta un empujón adicional, para darle a su compañera rubia tiempo adicional para entrar antes de cerrarla. Se quedaron de pie en la entrada por un momento, sacudiéndose la lluvia de encima y secando sus pies. Rixon seguía husmeando en busca de respuestas, pero Patch ya no le prestaba atención. Era inmensamente consciente de la más pequeña de las chicas, una pelirroja delgada con los hombros erguidos, y el mentón ligeramente levantado, en un gesto que podía ser confundido con arrogancia. Él lo había visto por tanto tiempo que ya sabía que significaba algo más. Jugaba con palabras como "cautelosa" o "humilde"... "prudente". Ella recogió su pelo en un moño inflexible, pero algunos mechones estaban sueltos, y el efecto llevaba el más mínimo rizo a su boca.

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