Fugitivos [AU] ~Dabideku~

Cap.6 - Personalidad

Desperté rápidamente con lágrimas amenazando salir de mis ojos.

— No otra vez, por favor — susurré sollozando.

Esas pesadillas no eran nuevas para mí, aunque no eran sobre ese tema en particular, se sentía de la pura mierda.

Lo último que recuerdo es que después de decirle esas palabras a Dabi se quedó sorprendido, para después abrazarme y yo romper en llanto, lo que posiblemente llevó a que me durmiera en sus brazos.

Miré a mi alrededor, al parecer era mi casa, lo que me puso algo triste el saber que ese día no iba a poder estar con el azabache.

El reloj marcaban las 5:57 a.m. lo que significaba que tenía unos minutos de pensar de si ir o no al colegio, lo cual no quería, y podía evitar andar molesto por eso, incluso ya nunca ir, de todas formas mi madre ni si quiera se daría cuenta.

Después de tan solo minutos de pensarlo, decidí no ir jamás de todas formas, estábamos a días de salir para iniciar una nueva etapa escolar, lo cual no me importaba en lo más mínimo, mientras pudiera ver a Dabi era más que suficiente.

Me levante lentamente de mi cama para bajar dificultosamente las escaleras e ir a la cocina, y como siempre una nota estaba sobre la mesa.

Izuku

Hoy no llegaré a casa, te deje un poco de katsudon en el microondas y algo de dinero por si quieres comprar otra cosa

– Inko –

Tenía que admitirlo, aunque su “madre” nunca le pusiera atención y nunca estuviera en casa, estaba preocupada (aunque no lo demostrara) y eso se manifestaba cuando le dejaba aunque sea un plato de comida y dinero.

Me sentía algo emocionado por el katsudon no por nada es mi comida favorita y más si de las raras veces estaba hecho por mi madre.

Le puse 1 minuto al microondas para recalentar mi hermosa comida.

Una vez se escuchó la alarma de que ya estaba listo, lo saque como loco y empecé a tragar como un desquiciado.

En menos de un parpadeo esa comida había sido devorada por mi para después susurrar un “Gracias por la comida”

— Ya estoy satisfecho ¿Ahora que hago? — hablé para mi mismo.

— Pues después de tragar como puerco no se que decir al respecto ¿Sabes? — hablo una voz con desagrado en sus palabras.

— ¿Que tal si le vamos a partir la madre a ese maldito de Katsuki? — fue una segunda voz que dijo con cierto tono sádico.

— ¿¡QUE!? Ni loco hago eso por ti — ahora fui yo el que habló molesto.

— ¡Mejor vayamos a un parque a jugar! ¿¡Si!? ¡Por fisss! — una tercera voz alegre y entusiasta hizo aparición.

— N-no ¿Q-que tal si nos v-volvemos a e-encontrar a K-katsuki? — una voz angustiada y llena de temor.

— Mejor hay que quedarnos en la casa a holgazanear como siempre — propuso una voz llena de pereza.

— ¿Que tal si vamos con el sexy de Dabi?
Me quede con ganas de que me la metier—